Permanezca en sintonía (1992)

“Permanezca en Sintonía” (Staying Alive) es una película que, a simple vista, podría parecer una comedia de ciencia ficción de bajo presupuesto, pero en realidad es mucho más que eso: es una fábula sobre la desconexión, el consumismo y el precio de la felicidad. La película, dirigida con notable ingenio por Robert F. Weiland, consigue construir un ambiente inquietante y claustrofóbico, pese a la premisa tan extraña como es la de vivir atrapados en un televisor. La atmósfera, fundamentalmente creada a través de la puesta en escena y la fotografía, es especialmente efectiva en las escenas que retratan el interior del televisor: una mezcla inquietante de colores brillantes, imágenes distorsionadas y una sensación constante de desorientación. Es un logro visual que justifica la escasa inversión presupuestaria.

El guion, aunque no complejo, presenta una premisa intrigante y se centra en la evolución emocional de la pareja protagonista. La dinámica entre Roy y Helen, interpretados magistralmente por John Ritter y Pam Dawber, es el corazón de la película. Ritter, con su habitual encanto y comedia física, aporta una frescura y un humor que contrasta con la seriedad de la situación. Dawber, por su parte, demuestra una gran capacidad interpretativa al transmitir la frustración, la preocupación y finalmente, el amor incondicional de Helen. La relación entre ellos evoluciona a medida que se enfrentan a la imposibilidad de escapar y se dan cuenta de que el verdadero desafío no es escapar del televisor, sino enfrentarse a sus propios demonios internos.

Jeffrey Jones, como el misterioso Spike, ofrece una actuación memorable. Su personaje, un ser ambiguo y perturbador, actúa como catalizador de la tragedia y su presencia genera una tensión constante. La caracterización de Spike es inteligente y sutil, evitando caer en clichés de villano unidimensional. Lo que realmente destaca es su justificación, su visión del mundo, que explota la fragilidad de la sociedad moderna y la facilidad con la que las personas se dejan manipular. Sin embargo, el guion a veces peca de simplista en la explicación del pacto con el diablo, aunque el elemento moralizante, la crítica al materialismo, se entiende. Los hijos, Darryl y Diane, interpretados por David Tom y Heather McComb, se integran bien en la trama y añaden un componente familiar que humaniza la historia. Sus intentos por rescatar a sus padres, aunque a veces algo torpes, son conmovedores.

En definitiva, “Permanezca en Sintonía” es una película con un mensaje valioso que, más allá de su premisa de ciencia ficción, ofrece una reflexión sobre la importancia de las relaciones humanas y el valor de lo que realmente importa en la vida. Es una película que, a pesar de su aspecto predecible, logra mantener el interés del espectador gracias a la dirección inteligente, las buenas actuaciones y un mensaje sutil pero efectivo. No es un clásico, pero sí un entretenimiento sólido y una buena película para ver en compañía.

Nota: 7/10