Perseguido por todos (1991)

“Perseguido por todos” (Pursued by Shadows, en su título original) es una película que, a primera vista, parece un cliché del thriller neo-noir con un toque de melodrama. Sin embargo, bajo la superficie, se revela como una pieza sorprendentemente sólida y con un ritmo cuidadosamente construido que logra mantener al espectador enganchado a lo largo de su duración. La película, dirigida por el afín a Robert Siodel, Mark Rothman, se beneficia de la atmósfera opresiva y visualmente impactante que caracteriza este subgénero, pero eleva la fórmula con una exploración de la paranoia, la corrupción y la pérdida de inocencia que trasciende lo puramente espectacular.

El guion, basado en la novela de Michael Crichton, es su principal fortaleza. No se centra únicamente en la persecución, aunque ésta es, indudablemente, un elemento central de la trama. El guion explora la dinámica familiar, la corrupción sistémica que corroe la ciudad y la lenta erosión de la fe del protagonista. El personaje de Joe Tulley es convincente, atrapado en un torbellino de injusticias que lo obligan a cuestionar su propia moralidad y a tomar decisiones extremas. La película no intenta ofrecer soluciones fáciles; la angustia del protagonista se siente real y su desesperación, palpable. Las tensiones se construyen con paciencia, y los momentos de calma, lejos de ser aburridos, aumentan el impacto de los posteriores giros y confrontaciones.

La dirección es efectiva, utilizando la luz y la sombra para crear una atmósfera de constante amenaza. Hay un uso notable del color, con predominancia de tonos oscuros que reflejan el lado sombrío de la ciudad y el estado psicológico de los personajes. La película se beneficia de planos amplios que muestran la escala del problema y de primeros planos claustrofóbicos que intensifican la sensación de peligro inminente. Sin embargo, a veces el estilo visual, aunque elegante, puede oscurecer la narrativa y ralentizar el ritmo. No obstante, la fotografía en general es de alta calidad y contribuye significativamente a la experiencia visual.

Las actuaciones son sólidas, lideradas por un Joe Tulley que entrega una interpretación honesta y convincente. Su evolución a lo largo de la película es el núcleo emocional de la historia. El resto del reparto, incluyendo a actores como Ben Foster y Michael Shannon, son efectivos en sus papeles secundarios, aportando profundidad y complejidad al mundo que se desarrolla en pantalla. Foster, en particular, se destaca con un papel que explota al máximo su capacidad para transmitir la desesperación y la vulnerabilidad. Shannon, como el jefe de la mafia, es un antagonista memorable, no por su carisma, sino por su implacable y fría determinación.

En definitiva, “Perseguido por todos” es una película disfrutable para los amantes del thriller noir y de las historias de persecución. Aunque no introduce elementos particularmente innovadores, su guion bien construido, su atmósfera opresiva y sus actuaciones sólidas la convierten en una experiencia cinematográfica satisfactoria. Es una película que se queda contigo después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 7.5/10