Olivier Assayas dirige y escribe el guion de esta personal historia de fantasmas en la que lo sobrenatural forma parte de la solitaria vida cotidiana de su protagonista, encarnada por una estupenda y omnipresente Kristen Stewart (saga "Crepúsculo", "Cafe Society"). Emotiva e inquietante, la película ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 2016 (ex aequo con "Los exámenes", de Cristian Mungiu). Stewart y Assayas ya habían coincidido en "Viaje a Sils Maria", película por la que Stewart ganó el César a la mejor actriz secundaria.
Personal Shopper (2016)
(FR) · Drama, Misterio, Suspense · 1h 50m
Un Film de Olivier Assayas
Sinopsis de Personal Shopper
Maureen, una joven estadounidense en París, se hace cargo del guardarropa de una celebridad. Aunque no le gusta su trabajo, es lo único que encontró para pagar su estancia mientras espera una manifestación del espíritu de Lewis, su hermano gemelo desaparecido hace poco. Maureen comienza entonces a recibir en su móvil extraños mensajes anónimos.
Ficha técnica
Personal Shopper
FR
Charles Gillibert
Reparto principal de Personal Shopper
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Personal Shopper.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Personal Shopper
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
Críticas de la película
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“Personal Shopper” no es, precisamente, una experiencia cinematográfica fácil. Andrew Niccol, conocido por “El Purificador”, regresa a la comedia dramática con una película que, a primera vista, parece una historia ligera sobre una joven estadounidense que trabaja como asistente personal de moda en París. Sin embargo, bajo la superficie de su trabajo, la vida de Maureen (interpretada con una vulnerabilidad cautivadora por Black) se convierte en un laberinto emocional y, sobre todo, en un intento desesperado de conexión con el más allá. La película no se atreve a ofrecer respuestas fáciles, y esa es, quizá, su mayor fortaleza.
La dirección de Niccol es metódica y, en ocasiones, lenta. La película se construye en torno a la atmósfera, utilizando la belleza y la elegancia de París como telón de fondo para el aislamiento y la inquietud de Maureen. El uso de la cámara es inteligente, a menudo enfocándose en los ojos de la protagonista, permitiéndonos acceder directamente a sus pensamientos y emociones. Sin embargo, la lentitud, que podría ser vista como un recurso para crear suspense, también puede resultar un poco tediosa en algunos momentos, restando dinamismo a la narrativa. El ritmo deliberadamente pausado, si bien refleja la obsesión de Maureen, necesita de una mayor habilidad narrativa para mantener la atención del espectador.
Ana de Armas ofrece una actuación absolutamente magistral. Su interpretación de Maureen es sutil, compleja y profundamente conmovedora. Transmite con creencia la soledad, la desesperación y la búsqueda de un significado tras la pérdida de su hermano. Es una actuación que se define por la sutura, el silencio, y la mirada intensa. Se percibe una incomodidad constante, una fragilidad palpable que la convierte en una protagonista con la que es fácil empatizar. El diálogo, a menudo reducido a susurros y miradas, es mucho más poderoso que las palabras. El resto del reparto es competente, pero De Armas domina la pantalla con una presencia que eclipsa a los demás.
El guion es, sin duda, el elemento más discutible de la película. La trama de mensajes anónimos y la posibilidad de contactar con el mundo de los espíritus, aunque evocadora, es deliberadamente ambigua. Niccol evita caer en clichés de películas paranormales, presentando la idea de la comunicación con el hermano desaparecido como una cuestión de fe, intuición y, quizás, una necesidad psicológica. La película no pretende explicar la naturaleza del otro mundo, sino explorar el proceso de duelo y la búsqueda de consuelo. A pesar de su fascinante propuesta, el guion requiere paciencia y una disposición a aceptar la incertidumbre. La persistente sensación de incomodidad que permea la película, la exploración de la pérdida y la necesidad de conexión humana, son elementos que, a mi parecer, superan con creces las posibles deficiencias de la trama.
A pesar de algunos momentos lentos, “Personal Shopper” es una película que se queda con el espectador. Es un retrato inquietante y honesto de la pérdida, la soledad y la búsqueda de sentido. La película exige esfuerzo, pero recompensa con una experiencia emocionalmente resonante y con una actuación inolvidable de Ana de Armas. La ambigüedad deliberada y la atmósfera opresiva la convierten en una obra que invita a la reflexión y que perdura mucho después de que los créditos finales hayan rodado.
Nota: 7/10
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