Peso Pesado (2012)

“El Maestro Luchador” (The Professor and the Madman) no es solo una película sobre artes marciales mixtas. Es, sorprendentemente, una meditación sobre la obsesión, la creatividad, la ambición desmedida y las consecuencias de perseguir una visión hasta el punto de la autodestrucción. La película, dirigida con una precisión casi quirúrgica por Robert Eggers, se aleja del espectáculo visual que a menudo asociamos con el género de acción y se sumerge en la atmósfera claustrofóbica y perturbadora de un laboratorio de biología en la década de 1930. Eggers consigue crear un ambiente palpable de tensión y paranoia, utilizando una cinematografía en blanco y negro que recuerda a las películas de Alfred Hitchcock, pero con un toque de locura inconfundible.

El núcleo de la narrativa gira en torno a la relación entre el profesor William Masters (Paul Dano), un biólogo obsesionado con la posibilidad de crear un luchador superhumano, y su asistente, la joven y vulnerable Elaine Reese (Florence Pugh). Pugh ofrece una actuación asombrosa, entregando un retrato conmovedor de una mujer atrapada entre la fascinación y el terror. Su evolución a lo largo de la película es central, representando la pérdida de la inocencia y la fragilidad de la mente humana ante la presión de un objetivo aparentemente noble. Dano, por su parte, realiza una interpretación que oscila entre la euforia científica y la desesperación silenciosa, sin nunca ser ni excesivamente simpático ni demoníaco; su maestría reside en mostrar la complejidad de un hombre convencido de la verdad de sus ideas.

El guion, coescrito por Eggers y Scott Kennedy, es donde la película alcanza su máximo potencial. No se limita a narrar los experimentos grotescos y los métodos poco ortodoxos de Masters. En cambio, se adentra en el mundo interior de los personajes, explorando sus motivaciones, sus miedos y sus deseos. La película no ofrece respuestas fáciles ni juicios morales. En su lugar, presenta una situación moralmente ambigua, donde la búsqueda del conocimiento justifica acciones que, vista desde el exterior, son horrorosas. La tensión se construye lentamente, a través de diálogos inteligentes y sugestivos, y de la acumulación de detalles inquietantes que erosionan la confianza del espectador. La banda sonora, minimalista y disonante, contribuye significativamente a la atmósfera opresiva y perturbadora. La película desmantela la idea romántica de la ciencia como fuerza puramente positiva; en su lugar, la presenta como un campo de batalla donde la ambición y la ignorancia pueden tener consecuencias devastadoras.

Si bien el ritmo puede ser lento para algunos, y la fotografía en blanco y negro puede resultar un tanto sombría, "El Maestro Luchador" es una experiencia cinematográfica memorable y profundamente inquietante. No es una película para todos los gustos, pero aquellos que se aventuren a sumergirse en su atmósfera particular encontrarán una obra maestra de la tensión psicológica y una reflexión provocadora sobre la naturaleza de la obsesión y el precio de la ambición.

Nota: 8.5/10