Peter Pan en Regreso al país de Nunca Jamás (2002)

“Peter Pan en Regreso al País de Nunca Jamás” se presenta como un intento nostálgico de reimaginar un clásico atemporal, una tarea que, a menudo, resulta más complicada de lo que parece. La película, dirigida por David Lowery, intenta regresar al espíritu de las adaptaciones anteriores, pero lo hace con un enfoque que, en última instancia, resulta algo frío y carente de la magia que hace que la historia original siga cautivando a generaciones. Se centra en la relación entre Wendy Darling, ahora madre de una niña llamada Jane, y Peter Pan, cuyas aventuras se ven eclipsadas por las preocupaciones del presente.

La dirección de Lowery es visualmente competente, con escenas del País de Nunca Jamás que son verdaderamente espectaculares. La recreación de Neverland es exuberante, casi irreal, con colores vibrantes y una fotografía que resalta la maravilla y el peligro del mundo de Peter Pan. Sin embargo, esta belleza visual a menudo llega a eclipsar el desarrollo emocional de los personajes. La película se centra demasiado en el espectáculo y el entorno, descuidando la profundidad de las interacciones entre Wendy y Peter. La química entre los dos actores principales, Garrett Hedlund y Jeremy Sisto, no es lo suficientemente fuerte como para generar una conexión convincente.

El guion, escrito por Lowery y Shannon Lee, es donde la película realmente se queda corta. El conflicto central – la secuestro de Jane – se siente forzado y poco orgánico. La película intenta generar un drama familiar al explorar la desilusión de Jane con las historias de fantasía, pero esta exploración se realiza de una manera superficial y, en última instancia, poco emotiva. Las secuencias de acción, aunque visualmente atractivas, carecen de un peso real, y la amenaza del Capitán Garfario, interpretado por Hugh Jackman, se siente, en general, exagerada y unidimensional. Jackman entrega un rendimiento sólido, pero el guion no le permite desplegar toda su intensidad.

Una de las mayores decepciones de la película reside en el retrato de Wendy. La actuación de Julia Roberts está bien, pero la caracterización de Wendy como madre desorientada y que ha perdido la fe en la fantasía no es particularmente original ni conmovedora. El conflicto entre su pasado de niña y su presente como madre se siente, de nuevo, como un añadido artificial, un intento de otorgar complejidad a un personaje que, en la historia original, era esencialmente inocente y soñadora. La película, en su afán de modernizar la historia, parece haber olvidado la esencia misma de lo que hacía tan especial a Peter Pan: la representación de la infancia y la creencia en lo imposible.

A pesar de sus atractivos visuales, "Peter Pan en Regreso al País de Nunca Jamás" es una película que no logra capturar la magia original. Es un esfuerzo visualmente interesante pero narrativamente débil, que se pierde en la traducción de una leyenda a un nuevo siglo. Se ofrece un espectáculo agradable, pero carece de la resonancia emocional y la profundidad que se esperaría de una reimaginación de un clásico.

Nota: 5/10