Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto (2006)

“Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto” es un regreso a la fórmula que catapultó la saga al estrellato, pero también una admisión de que la originalidad, que inicialmente fue la fuerza motriz de la franquicia, ha disminuido considerablemente. La película intenta, y en gran medida consigue, evocar la magia de la primera entrega, con un sentido del humor contagioso y un ritmo rápido, aunque la sobrecarga de referencias a la historia original y a los diálogos prefabricados deja un sabor agridulce.

La dirección de Joe Johnston mantiene el dinamismo característico del género de aventuras, con secuencias de acción espectaculares y coreografías de lucha bien elaboradas. El diseño de producción es impecable, recreando con un notable detalle el mundo de la época de los piratas, tanto en los escenarios interiores con su opulencia como en los exteriores que ofrecen un paisaje marino impactante. Sin embargo, Johnston, en un intento por mantener la adrenalina, a veces sacrifica la sutileza, sobrecargando la película de efectos especiales y dejando que la acción tome el control, restando importancia a la construcción de personajes y al desarrollo de la trama.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Johnny Depp continúa siendo un Jack Sparrow desinhibido, extravagante y absolutamente inconfundible, pero su personaje, aunque encantador, se siente cada vez más como un personaje de caricatura que se repite a sí mismo. Orlando Bloom y Keira Knightley cumplen con sus roles, aunque la química entre ellos, que era uno de los pilares de la serie, se siente algo forzada. Geoffrey Rush, como Lord Beckett, ofrece una interpretación particularmente memorable, entregando un villano carismático y sádico, con una presencia amenazante que le otorga al personaje una dimensión psicológica que le separa de los antagonistas más unidimensionales de la saga. Javier Bardem, como el Capitán Barbossa, aporta un toque de crudeza y experiencia a la tripulación.

El guion, escrito por Ted Cohen, Terry Rossio y Jon Turteltaub, es, sin duda, el punto más débil de la película. Si bien retoma elementos interesantes de la mitología pirata, como el origen de la brújula, el Pacto con Davy Jones y la leyenda del Holandés Errante, la historia se siente en ocasiones como una colección de ideas desechadas, adornada con gags visuales y diálogos que, aunque divertidos en su momento, terminan perdiendo fuerza con la repetición. La trama se vuelve un poco confusa, especialmente en la segunda mitad, y el ritmo se acelera excesivamente, dejando poco espacio para la reflexión o el desarrollo profundo de los personajes. La necesidad de justificar la existencia del Holandés Errante y el Pacto con Davy Jones, si bien interesante conceptualmente, se explica de manera algo artificiosa, sacrificando, en última instancia, la coherencia interna de la película.

A pesar de sus fallos, “Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto” sigue siendo una película entretenida que cumplirá con las expectativas de los fans de la saga y de los aficionados al género de aventuras. Sin embargo, es evidente que la franquicia ha perdido parte de su brillo original, y que necesita un cambio de rumbo para recuperar la esencia que la hizo tan popular en el pasado.

Nota: 6.5/10