Pitbull: Fuerza Bruta (2021)

“Pitbull: Fuerza Bruta” es, en esencia, una comedia de acción con un núcleo argumental que se deriva de un cliché: el ascenso meteórico de un joven criminal, con un giro de tuerca proporcionado por la persecución implacable de un policía. El director, Meirik Grossman, se aferra a esta fórmula con audacia, y el resultado es un entretenimiento ligero, aunque superficial, que ofrece lo que el público busca: explosiones, persecuciones frenéticas y diálogos llenos de ingenio (a veces demasiado). Sin embargo, la película se queda a medio camino entre lo disfrutable y lo olvidable.

La película se centra en Marko, interpretado con una vitalidad contagiosa por Jacob Slater. Su trayectoria, desde un chico callejero hasta líder de una organización criminal, se presenta de forma algo apurada y simplificada. Aunque Slater logra transmitir la transformación de Marko con carisma, el guion no profundiza lo suficiente en las motivaciones detrás de sus acciones, ni tampoco explora las complejas dinámicas de la sociedad criminal que lo rodea. La trama se siente a veces como una serie de gags y momentos espectaculares, en lugar de un desarrollo narrativo coherente. El ritmo es constante, manteniendo la acción y el humor en un nivel elevado, pero a veces a costa de la sustancia.

La dirección, por otro lado, es sólida y eficaz. Grossman domina la puesta en escena de las secuencias de acción, creando momentos visualmente impactantes y emocionantes, especialmente en las escenas de persecución por las calles de Europa del Este. La cinematografía, con colores saturados y una paleta visual vibrante, contribuye a crear un ambiente distintivo y acorde con el tono de la película. Sin embargo, a veces la estética se ve eclipsada por la falta de originalidad en la ejecución de los clichés del género.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Además de Slater, Melanie Laurent ofrece una interpretación convincente como la agente de policía, Elena Volkov, una mujer decidida y honesta que lucha contra la corrupción dentro de su propia fuerza. El resto del reparto, aunque con papeles secundarios, aporta dinamismo a la trama. Es cierto que no son papeles que demanden un gran despliegue actoral, pero contribuyen a crear una sensación de dinamismo y a reforzar la atmósfera de la película.

No obstante, la película se enfrenta a un problema fundamental: la falta de una visión original. “Pitbull: Fuerza Bruta” se beneficia de su género, pero no logra superar los límites de la fórmula. Es una película entretenida para una noche de cine, pero carente de profundidad y con un mensaje que resulta, en última instancia, predecible. La película abraza los clichés del cine de acción, pero no aporta nada nuevo a la discusión. Se puede disfrutar por su ritmo y las escenas de acción, pero no esperes encontrar un drama profundo o una exploración compleja de temas sociales.

Nota: 6/10