Pixels (2015)

“Pixels”, la nueva comedia de Chris Winter, nos presenta una premisa sorprendentemente absurda pero, sorprendentemente, con un potencial divertido que casi no se alcanza. La idea de que extraterrestres, confundiendo las señales de una antigua máquina recreativa como una amenaza, deciden atacar la Tierra utilizando videojuegos como armas es un punto de partida original y, en el papel, bastante prometedor. Sin embargo, la película, lamentablemente, no logra aprovechar al máximo ese disparador de creatividad y se queda en un territorio más cercano a la parodia de las películas de acción de los 80, con abundantes efectos especiales y diálogos que se esfuerzan por ser ingeniosos pero, en última instancia, resultan repetitivos.

La dirección de Winter es competente, manteniendo un ritmo aceptable y sabiendo, en algunos momentos, crear escenas de acción visualmente atractivas. La coreografía de las secuencias de juego es, de hecho, uno de los puntos fuertes de la película. La película utiliza de manera efectiva los efectos visuales para recrear la estética de los juegos de los 80, lo que resulta en una experiencia visualmente inmersiva, aunque a veces la digitalización de estos juegos se siente un poco forzada. El uso del color, especialmente en las escenas de juego, es un detalle que, aunque sutil, contribuye a la atmósfera general.

Las actuaciones son un factor clave. Kevin James, como el Presidente Cooper, aporta una presencia honorable y, en su mejor momento, algo de ternura paternal. Sin embargo, el personaje de Cooper carece de profundidad y, en general, se siente como un arquetipo del líder pragmático, sin matices. Adam Sandler, como Sam Brenner, es donde la película realmente lucha. Su personaje, un instalador de home cinema, se siente forzado y sus intentos de humor no siempre funcionan. Danny DeVito, en un papel relativamente breve, aporta un toque de chispa, pero la parte de él queda eclipsada por el resto del equipo. Chris Pratt, aunque divertido en algunos momentos, se limita a ser el chico nuevo en la ecuación, un personaje que no necesita desarrollar. La química entre los personajes, aunque intenta ser cómica, a menudo carece de convicción.

El guion, sin embargo, es el principal problema de "Pixels". Las situaciones se repiten y los diálogos, como he mencionado antes, son a menudo torpes. La película intenta equilibrar la comedia con la acción, pero falla en ambos aspectos. La trama se vuelve demasiado compleja a medida que avanza, con demasiados personajes y subtramas que no se desarrollan adecuadamente. Se intenta incorporar elementos de nostalgia y de crítica social, pero estas ideas se integran de manera superficial. El mensaje sobre la importancia de la conexión humana, aunque bienintencionado, es un poco obvio. En definitiva, se siente como una película que se queda corta en lo que realmente importa: contar una historia sólida y entretenida.

Nota: 5/10