Plan oculto (2006)

“Plan Oculto” no es precisamente una revelación cinematográfica, pero sí una experiencia de suspense considerablemente sólida. La película, dirigida por Reiner Hoffman, se posiciona como un thriller de acción moderna que, si bien no rompe con las convenciones del género, logra mantener al espectador enganchado gracias a su ejecución precisa y a la química entre sus protagonistas. La trama, centrada en un secuestro de rehenes en un banco de Manhattan, se basa en un clásico juego de gato y ratón, donde la tensión se construye paulatinamente a través de enfrentamientos tácticos y diálogos mordaces. Sin embargo, la película se atreve a introducir un elemento de complejidad que, aunque no siempre se explora a fondo, le otorga una capa adicional de interés.

La dirección de Hoffman se caracteriza por una fotografía impecable y un ritmo narrativo bien calibrado. No se apresura a mostrar la acción, sino que construye la tensión a través de la planificación visual y el uso de la música. Los planos secuencia son particularmente efectivos, creando un sentido de caos controlado y amplificando la sensación de peligro inminente. El diseño de producción, especialmente en lo que respecta al banco, es detallado y atmosférico, contribuyendo significativamente a la inmersión del espectador. Sin embargo, a veces la puesta en escena resulta un tanto recargada, con una iluminación demasiado agresiva en algunos momentos que resta fuerza a la imagen.

La dupla principal, liderada por Christian Benetíz como el inspector Hart y Penelope Cruz como Madaline, es, sin duda, el punto fuerte de la película. Benetíz ofrece una interpretación cruda y visceral de un policía endurecido por la experiencia, un hombre que ha visto de todo y que lucha contra sus propios demonios internos. Su interpretación es llena de matices, mostrando no solo su determinación, sino también su vulnerabilidad. Cruz, por su parte, interpreta a Madaline con una elegancia glacial y una ambigüedad magnética. Su personaje es un enigma, y Cruz logra transmitir esa sensación de peligro que emana de su presencia. La química entre ambos actores es palpable, y sus intercambios de miradas y diálogos son de los momentos más tensos y atractivos de la película. La actuación de ambos evitan caer en clichés del género y aportan una dimensión humana a personajes que podrían haber resultado unidimensionales.

El guion, aunque competente en su planteamiento inicial, no siempre alcanza el mismo nivel de sofisticación. La trama, en su núcleo, es predecible, pero la película se beneficia de un desarrollo de personajes interesante y de un giro argumental que, aunque no sorprendente, sí tiene un impacto. El personaje de Madaline, en particular, presenta múltiples capas y un pasado turbio que se va revelando gradualmente, lo que añade interés a la historia. Sin embargo, algunas subtramas se sienten algo desaprovechadas y otras decisiones narrativas, como la justificación del pasado de Madaline, podrían haber sido exploradas con mayor profundidad. La película, en definitiva, es un thriller de acción entretenido, pero que, en ocasiones, se pierde en un exceso de detalles y en la búsqueda de la espectacularidad.

Nota: 7/10