Pleasure (2021)

“Pleasure”, la nueva película de Gabriel Mas rodríguez, no es una celebración del sexo, ni una glorificación de la industria pornográfica. Es, en cambio, una radiante y perturbadora inmersión en la soledad, la vulnerabilidad y la decepción de Linnéa, interpretada con una intensidad brutal por la joven Ester Wittung. La película se instala con una lentitud deliberada, casi glacial, en un paisaje desolador y árido de Los Ángeles, un espejo visual de la desorientación y el vacío emocional de la protagonista. No busca sensacionalismos fáciles; el sexo, cuando aparece, se muestra como un acto cualquiera, desprovisto de la estética glamorosa que a menudo asociamos con la industria, lo que aumenta su inquietante realismo.

El director se distancia de cualquier narrativa convencional. Mas rodríguez construye la historia a través de pequeños fragmentos, conversaciones diluidas y momentos aislados que se entrelazan para crear una sensación de inquietud persistente. La dirección de fotografía, en tonos sepia y apagados, contribuye significativamente a esta atmósfera opresiva, enfatizando la alienación de Linnéa y su lucha por encontrar un lugar en el mundo. El uso de la cámara, con planos largos y movimientos sutiles, intensifica la introspección del personaje y nos obliga a compartir su incomodidad. No hay diálogos grandilocuentes, sino miradas, gestos y silencios que revelan mucho más que cualquier conversación.

La actuación de Ester Wittung es, sin duda, el corazón de la película. Su Linnéa no es una figura heroica o rebelde; es una joven frágil y profundamente insegura, consumida por la búsqueda de una identidad y una conexión que no encuentra. Wittung transmite con una naturalidad asombrosa la confusión, la frustración y la creciente desesperación de Linnéa. El resto del reparto, aunque con roles secundarios, contribuye a la atmósfera de desasosiego. No hay estrellas de renombre que destaquen, y esto, en realidad, es precisamente lo que funciona a favor de la película, ya que refuerza la sensación de que estamos presenciando un momento crucial y personal de la vida de Linnéa.

El guion, aunque a veces se siente lento, es inteligente y evocador. La película explora temas complejos como la autoaceptación, la identidad, la explotación y la búsqueda de la felicidad. Lejos de ofrecer respuestas fáciles, plantea preguntas incómodas sobre el precio de la fama, la presión social y la dificultad de encontrar un propósito en la vida. Es una obra que se queda en la mente, invitando a la reflexión y generando un debate sobre la naturaleza del deseo y la búsqueda de la autenticidad. La película no trata de resolver la historia de Linnéa, sino de dejarnos experimentar la lucha interna de la protagonista, la sensación de estar atrapada en un mundo que no le pertenece. “Pleasure” es una experiencia cinematográfica que requiere paciencia y una mente abierta, pero que recompensa al espectador con una visión profundamente conmovedora y perturbadora del lado oscuro del sueño americano.

Nota: 7.5/10