Pokémon: Zoroark, el maestro de ilusiones (2010)

“Pokémon: Zoroark, el maestro de ilusiones” es una entrada sorprendentemente ambiciosa en la franquicia, que se aleja ligeramente de la fórmula de aventuras tradicionales y se sumerge en una trama temporal que, a pesar de sus puntos fuertes, no logra alcanzar su máximo potencial. La película se centra en la necesidad de Celebi, el Pokémon Guardián, de retroceder en el tiempo para evitar una catástrofe que amenaza la existencia de los Pokémon, mientras que Ash y su equipo se ven atrapados en una serie de ilusiones creadas por el Pokémon Zoroark. Esta dualidad narrativa, aunque interesante en principio, acaba por diluir la fuerza de la historia principal.

La dirección de sutilezas visuales es notable. La película despliega una paleta de colores vibrantes y un diseño de producción impecable que transporta al espectador al mundo Pokémon, tanto en el presente como en las distintas épocas que Celebi visita. La representación de la lucha entre los Pokémon legendarios – Raikou, Entei y Suicune – es especialmente impactante, logrando transmitir el poder y la majestuosidad de estas criaturas. La manipulación visual para generar las ilusiones de Zoroark es, a su vez, muy conseguida, creando momentos de genuina tensión y asombro, con efectos especiales que cumplen con las expectativas de la franquicia. Sin embargo, a veces la sobrecarga de efectos visuales puede distraer de la narrativa, reduciendo la claridad de la acción.

Las actuaciones de voz son, en general, sólidas. Sean teague como Ash mantiene la energía y el entusiasmo característicos del personaje, aunque a veces su diálogo se siente un poco forzado. El resto del elenco de voces, incluyendo a Pikachu, ofrecen interpretaciones convincentes y bien equilibradas. Pero es la voz de Zoroark, que utiliza un amplio rango de emociones y modula su tono para imitar diferentes personajes, la que realmente destaca. La capacidad de la voz para transmitir la personalidad del Pokémon, su astucia y su vulnerabilidad, es fundamental para que la película funcione a su nivel. No obstante, el guion, aunque presenta una premisa intrigante, carece de profundidad y de una exploración suficientemente exhaustiva de los conflictos emocionales de sus personajes. Las motivaciones de los Pokémon legendarios, por ejemplo, son un tanto superficiales y la resolución de la trama se siente algo apresurada.

La película intenta abordar temas como la responsabilidad, el sacrificio y la importancia de la amistad, pero lo hace de manera bastante convencional. La idea de que Celebi debe tomar decisiones difíciles para salvar el futuro es un cliché del género, y la relación entre Ash y Zoroark, aunque con momentos de ternura, no evoluciona de una manera particularmente convincente. El conflicto central, la manipulación temporal y las ilusiones, se resuelve relativamente rápido, y no deja espacio para reflexiones más profundas. Si bien la película es entretenida y visualmente atractiva, le falta la sustancia narrativa que podría haberla convertido en una experiencia verdaderamente memorable dentro del universo Pokémon. En definitiva, es un entretenimiento sólido pero sin un gran impacto.

Nota: 6.5/10