Por encima de la ley (1988)

“Por encima de la ley” (Above the Law) es una película de 1988 que, a primera vista, parece una película de acción pulida y llena de tiroteos. Sin embargo, tras una más profunda observación, emerge como una obra que, a pesar de sus evidentes influencias, ofrece una reflexión sombría sobre la corrupción, la lealtad y los límites de la justicia. La película se beneficia de una dirección sólida por parte de Jerry Fuerstenfeld, quien logra mantener un ritmo constante y un tono de suspense que, si bien no es innovador, es efectivo para sumergir al espectador en la trama. La narrativa avanza con una solidez que evita los excesos de la acción gratuita, priorizando la construcción de la tensión y la revelación gradual de la conspiración. La película no se obsesiona con mostrar cada tiroteo, sino que utiliza ese recurso con medida, concentrándose en las consecuencias emocionales y las implicaciones morales de las acciones de sus protagonistas.

El elenco, encabezado por el carismático pero a veces desigual Richard Gere, se sostiene notablemente. Gere, como Nico Toscani, entrega una interpretación que refleja la carga de un hombre consumido por el pasado, un veterano marcado por los horrores de la guerra y atormentado por sus errores. Su personaje es complejo y no se reduce a un simple héroe; es un hombre roto, impulsado por la búsqueda de la verdad y la necesidad de redención. Al lado de él, Virginia Madsen aporta una fuerza tranquila y una vulnerabilidad que complementan a la perfección la personalidad de Toscani. La química entre los dos actores es palpable y contribuye a la credibilidad de la relación que se desarrolla a lo largo de la película. Sin embargo, algunos de los actores secundarios, especialmente en los papeles de los personajes que representan la corrupción, no logran alcanzar la misma profundidad que los protagonistas.

El guion, escrito por William Shade y Jerry Fuerstenfeld, es quizás el punto más débil de la película. Si bien la premisa es interesante y la idea de una conspiración que involucra a la CIA y a altos cargos del gobierno es atractiva, la ejecución no siempre es la más brillante. Los diálogos, en ocasiones, resultan un tanto artificiosos y la trama, aunque llena de giros, puede resultar predecible en algunos momentos. La película no se atreve a explorar en profundidad los motivos de los personajes corruptos, limitándose a presentarles como antagonistas unidimensionales. Esta falta de matices, aunque comprensible dentro del marco de una película de acción, disminuye el impacto emocional y la capacidad de la película para generar una reflexión más profunda sobre la naturaleza del poder y la justicia. Se podría haber apuntado a una mayor ambigüedad moral, cuestionando las motivaciones de aquellos que operan “por encima de la ley”.

A pesar de sus fallos, “Por encima de la ley” logra mantener el interés del espectador gracias a su premisa atractiva, sus actuaciones sólidas y su ritmo constante. Es una película que, aunque no redefine el género de acción, ofrece una entretenida y, en cierto modo, inquietante reflexión sobre la corrupción y la pérdida de la integridad. Es una película que, en definitiva, compensa sus defectos con su atmósfera tensa y sus personajes interesantes.

Nota: 6/10