Pork Pie (2017)

“Pork Pie” es una apuesta audaz y sorprendentemente efectiva del director Taika Waititi, una comedia negra que se sitúa a caballo entre la sátira social, el drama existencial y el road movie más desconcertante que he visto en meses. No es una película para todo el mundo, es cierto, pero para aquellos que se atreven a abrazar su peculiaridad, ofrece una experiencia cinematográfica memorable y profundamente reflexionante. El protagonista, Luke, interpretado con una vulnerabilidad inquietante por Matias Metta, se encuentra en una situación de crisis personal que lo impulsa a la huida. La necesidad de recuperar a su novia, Sarah, se complica con la aparición de Keira, una joven que se ve envuelta en una trágica situación laboral que la convierte en un inesperado compañero de viaje.

La dirección de Waititi es impecable en su capacidad para crear atmósferas surrealistas y humor negro. El paisaje neozelandés, con sus carreteras interminables y su relativa soledad, se convierte en un personaje más, intensificando la sensación de aislamiento y desorientación que experimenta Luke. La banda sonora, cuidadosamente elaborada por de Kirchner, es un elemento crucial para construir el tono distintivo de la película, con composiciones que oscilan entre la melancolía y la tensión. Sin embargo, lo que realmente distingue a "Pork Pie" es su forma de abordar temas complejos como el arrepentimiento, la culpa y la búsqueda de significado. Waititi evita el melodrama y la simplificación, proponiendo una reflexión sobre la existencia humana a través de situaciones absurdas y diálogos mordaces.

Las actuaciones son excepcionales. Matias Metta ofrece una interpretación magistral, transmitiendo la angustia y la confusión de Luke de forma convincente. El papel de Keira, interpretado por Lilly Driver, es igualmente crucial, aportando un contrapunto cómico y emocional a la historia. El juego de miradas y las interacciones entre los tres personajes generan una dinámica intrigante y, a menudo, hilarante. Aunque el guion, en ocasiones, se adentra en territorios excesivamente surrealistas, lo logra con un equilibrio que evita la sensación de artificio. La película se basa en la ambigüedad moral, presentando personajes con defectos y motivaciones complejas, sin juzgarles ni justificar sus acciones de forma excesiva. El guion, en general, explora la idea de que las decisiones, incluso las equivocadas, pueden dar forma a nuestra vida de manera inesperada, y que el arrepentimiento puede ser tan doloroso como la acción original.

No es una película que te dejará indiferente. Es provocativa, a veces incómoda, pero siempre interesante. "Pork Pie" no intenta ofrecer respuestas fáciles, sino más bien plantear preguntas. Es una película que invita a la reflexión, que te obliga a cuestionar tus propias decisiones y a confrontar tus propios miedos. Es un ejemplo de la sensibilidad única del director Taika Waititi, que continúa demostrando su habilidad para combinar humor, drama y crítica social de forma original e impactante.

Nota: 8.5/10