Posesión (2002)

“Posesión” (The Poseidon Protocol), dirigida por Danton Suárez, es una propuesta de terror que, más que aterrar, busca impactar con una atmósfera de suspense y una trama que, aunque no del todo original, logra generar cierto grado de tensión. La película se centra en Roland Michell (Aaron Eckhart), un policía con un pasado turbulento, quien se ve envuelto en una investigación que rápidamente evoluciona hacia un misterio más profundo y peligroso. Su interés inicial en una carta de amor, aparentemente trivial, lo arrastra a un submundo de secretos y rituales oscuros, vinculándolo a una sociedad secreta que venera a una entidad demoníaca.

Eckhart ofrece una actuación sólida, capaz de transmitir la vulnerabilidad y la creciente paranoia de Roland. Su personaje no es el héroe clásico, sino un hombre atormentado por sus propias demons, lo que lo hace, paradójicamente, más creíble. Sin embargo, la película se centra menos en el personaje en sí, y más en el desarrollo de la trama. La química entre Eckhart y Gwyneth Paltrow (que interpreta a la doctora Victoria Johnson, una colega que se une a la investigación) es, en general, correcta, pero no alcanza a ser realmente convincente. Paltrow, en particular, a veces carece de la intensidad necesaria para darle peso a su personaje, a pesar de su papel fundamental en el desarrollo de los eventos.

La dirección de Suárez es audaz y visualmente atractiva. La película no rehúye de los clichés del género, pero los utiliza con un dinamismo y una agresividad que mantienen al espectador al borde del asiento. La fotografía, con sus contrastes oscuros y sus planos en primer plano, contribuye a crear una atmósfera de opresión y amenaza constante. Sin embargo, la película cae en algunos momentos en el exceso de melodrama, especialmente en las escenas de acción más intensas, que a veces parecen forzadas. La banda sonora, a menudo utilizada con una intensidad innecesaria, contribuye a la sensación de saturación.

El guion, escrito por Danton Suárez y David Lozano, es donde reside la principal debilidad de la película. Si bien la premisa es interesante y el ritmo es, en general, adecuado, la historia carece de profundidad y de un desarrollo que justifique plenamente la magnitud de los eventos. Algunos diálogos son forzados y la trama principal se resuelve de una manera algo apresurada, dejando algunas preguntas sin responder. La película se basa, en gran medida, en la sugestión y en la creación de una atmósfera de suspenso, pero no explora a fondo los elementos más intrigantes de su universo.

A pesar de sus defectos, “Posesión” es una experiencia cinematográfica visualmente atractiva y con actuaciones sólidas. Es una película que, más que ofrecer sustos genuinos, busca provocar una sensación de incomodidad y de malestar. Si bien no es una obra maestra del terror, puede resultar entretenida para aquellos que disfrutan de este tipo de películas y que no exijan una narrativa particularmente compleja o profunda.

Nota: 6/10