Positive I.D. (1986)

“Positive I.D.” es una película que no deja indiferente. Stephanie Rascoe Myers, en su dirección, logra construir una atmósfera opresiva y claustrofóbica que envuelve al espectador desde el inicio, y que se mantiene hasta el final con una notable maestría. La película, que se centra en Julie Kenner, una mujer devastada por un trauma sexual, explora los mecanismos de evasión y las consecuencias psicológicas de la creación de múltiples identidades. No es un thriller de suspense convencional, sino más bien un drama psicológico introspectivo que se adentra en la mente de una mujer fracturada, buscando desesperadamente una forma de escapar de su pasado.

La interpretación de Stephanie Rascoe Myers como Julie es, sin duda, el corazón de la película. Logra transmitir la desesperación, la confusión y el miedo que la consumen, mostrando un arco de transformación creíble y complejo. Su Julie no es una heroína con mayúsculas, sino una mujer vulnerable, frágil y, en su búsqueda de refugio, moralmente ambigua. El resto del elenco, con John S. Davies y Lauren Lane, ofrece interpretaciones sólidas y contribuyen a enriquecer el universo emocional de la historia. Gail Cronauer, como la psiquiatra de Julie, aporta un aire de profesionalidad y sensibilidad a la trama, realizando un trabajo sutil pero esencial para la comprensión de la situación de la protagonista.

El guion, escrito por Rascoe Myers, es lo que realmente eleva a “Positive I.D.” por encima de una simple historia de trauma. Se construye con una lentitud deliberada, permitiendo al espectador sumergirse en la mente de Julie y sentir sus luchas internas. La historia se construye lentamente, a través de diálogos honestos y escenas de observación que revelan la complejidad de la identidad de Julie y su necesidad de crear nuevas vidas para escapar de la suya. La película no ofrece respuestas fáciles ni juicios morales, sino que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la identidad, la responsabilidad personal y la búsqueda de la autenticidad. La exploración de las consecuencias de sus actos, aunque no siempre explícitas, es la base del conflicto central y genera un impacto emocional considerable. La tensión no reside en persecuciones o explosiones, sino en la angustia silenciosa de la protagonista.

Sin embargo, la lentitud del ritmo podría ser un factor limitante para algunos espectadores. El enfoque en la psique de Julie, aunque fundamental para la narrativa, puede resultar en una película relativamente contemplativa, con poca acción directa. A pesar de ello, “Positive I.D.” es una película potente y conmovedora que, a través de una dirección cuidadosa y interpretaciones creíbles, explora las profundidades del trauma y la búsqueda de la redención. Es una película que te acompaña después de que los créditos han terminado y que te provoca una reflexión sobre la complejidad de la experiencia humana.

Nota:** 7/10