Posti in piedi in paradiso (2012)

“Posti in piedi in paradiso” no es, en ningún caso, una comedia pura y dura. Más bien, es una radiografía del desengaño, la perseverancia y el humor agridulce que se esconde en la rutina. Carlo Verdone, como siempre, es el corazón y el alma de esta película, interpretando a Ulisse con una amabilidad desesperada y una vulnerabilidad palpable. Su personaje, un hombre que intenta mantener a su familia a flote con negocios cuestionables y un espíritu optimista que, a veces, parece un acto de resistencia más que de esperanza, es el catalizador de toda la hilaridad y la frustración que experimentamos. La actuación de Verdone es sutil, magistral, evitando la exageración y transmitiendo la sensación constante de que está a un paso de la ruina, pero con una firmeza inquebrantable.

Pierfrancesco Favino aporta una complejidad emocional aún mayor al interpretar a Fulvio. Su personaje, un escritor en declive que se dedica a documentar absurdos de celebridades, encarna la decepción y la resignación. Favino no se limita a ser el personaje cómico; explora la frustración de un hombre que ha perdido su camino y que se aferra a la esperanza de escribir para un gran artista, un sueño que parece cada vez más lejano. La química entre Verdone y Favino es excepcional, creando un diálogo natural y lleno de matices que refleja la complicidad y el desahogo mutuo entre dos amigos que se reconocen en su propia frustración.

Marco Giallini, en el papel de Domenico, completa el trío central con una dulzura y una ternura conmovedoras. Su labor como mediador entre jubilados viudos, un trabajo aparentemente banal, sirve como el eje central de un subtema que aborda la soledad y la necesidad de conexión que a menudo se pasa por alto. La película no rehúye de la melancolía, pero la integra en la trama con un sentido del humor genuino, evitando caer en la sentimentalidad excesiva. Lo que realmente destaca es la forma en que la película utiliza el absurdo para cuestionar nuestras expectativas y creencias sobre el éxito y la felicidad.

La dirección de Carlo Verdone es precisa y elegante. Se centra en los pequeños detalles, en las miradas, en los gestos, creando una atmósfera realista y entrañable. La fotografía, con una paleta de colores apagados y naturales, contribuye a la sensación de autenticidad. Lo más importante es que la película consigue transmitir un mensaje universal sobre la dificultad de alcanzar nuestros sueños, pero también sobre la importancia de mantener la esperanza y la bondad en medio de las adversidades. “Posti in piedi in paradiso” no ofrece soluciones fáciles, pero sí nos recuerda que, a veces, la felicidad se encuentra en los pequeños momentos de la vida y en la compañía de los amigos. Es una película que te deja con una sonrisa y una reflexión sobre la naturaleza de la vida.

Nota: 8.5/10