Power (Poder) (1986)

“Power (Poder)” es una película que se ancla a la paranoia política americana, un género que, si bien ha sido explorado con frecuencia, logra ofrecer una experiencia fresca y perturbadora gracias a la dirección cuidadosa de Denis Villeneuve. La película no se conforma con la superficialidad de un thriller político convencional; en cambio, se sumerge en la atmósfera claustrofóbica de una campaña electoral en pleno apogeo, generando una sensación constante de desasosiego y desconfianza. Villeneuve, con su habitual maestría visual, construye escenas donde la iluminación y la composición se convierten en elementos clave para expresar la tensión y la incertidumbre que impregan la narrativa. La película no se basa en explosiones o persecuciones, sino en la construcción gradual de la atmósfera, un ejercicio de suspense psicológico que mantiene al espectador en vilo.

La película cuenta con un reparto impecable, liderado por un Joe Pesci que ofrece una actuación memorable como Pete St. John. Pesci, con su habitual mirada intensa y su sutil lenguaje corporal, transmite la esencia de un hombre inteligente, despiadado y profundamente cínico. Su interpretación va más allá de la simple representación de un consultor político; nos muestra un individuo que ha visto demasiado, que ha aprendido a navegar por los bajos fondos de la política y que se niega a perder su independencia, incluso cuando se le presenta una oportunidad aparentemente segura. Mark Wahlberg complementa a Pesci con una actuación sólida, interpretando al senador Hastings con una mezcla de vulnerabilidad y desesperación. El resto del reparto, incluyendo a Lukas Haas, es competente y contribuye a la verosimilitud del entorno.

Sin embargo, el punto fuerte de "Power (Poder)" reside en su guion, escrito por Eric Roth y Michael Brandt. La trama, inicialmente simple, se complica a medida que avanza, revelando conexiones inesperadas y motivaciones ocultas. La película explora con precisión la corrupción, el poder y la influencia que pueden tener en la sociedad. No ofrece respuestas fáciles ni soluciones convenientes; en cambio, plantea preguntas incómodas sobre la ética, la lealtad y el precio del éxito. El guion es inteligente, lleno de detalles y, sobre todo, lleno de sorpresa. La historia no se resuelve de manera abrupta, dejando al espectador con la sensación de que las consecuencias de los actos de los personajes seguirán resonando en el futuro. La tensión no proviene solo de la trama, sino de la constante sensación de que cada personaje, sin importar su posición, puede ser una amenaza. La película subraya la habilidad de los poderosos para manipular, engañar y asegurar su posición a cualquier precio.

En definitiva, “Power (Poder)” es una película que va más allá del thriller político y se convierte en una reflexión sobre la naturaleza del poder y la fragilidad de la moralidad. Es una película visualmente impactante, con actuaciones excelentes y un guion inteligente que invita a la reflexión. No es una película fácil de ver, pero es una experiencia cinematográfica memorable que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales hayan rodado.

Nota: 8/10