Presunto inocente (1990)

“Presunto inocente” (Presumed Innocent), dirigida por Scott Tuitt, es una obra cinematográfica que se sumerge en la oscura y retorcida realidad de la justicia penal, ofreciendo un thriller psicológico que mantiene al espectador en vilo hasta sus últimas escenas. La película, basada en la novela homónima de Scott Tuitt, explora la fragilidad de la memoria, la manipulación y las consecuencias devastadoras de una relación profesional e íntima que se sale de control.

Harrison Ford entrega una actuación impecable como Rusty Sabich, el prestigioso abogado del fiscal del distrito, que se encuentra repentinamente acusado de un crimen tan brutal como impactante. Su interpretación es sutil pero poderosa, transmitiendo la confusión inicial, la frustración, la desesperación y, finalmente, la creciente convicción de que algo no está del todo bien. Ford no se limita a interpretar un “bueno”, sino que da voz a un hombre que lucha contra sus propios demonios internos, producto de un pasado que vuelve a atormentarlo. La película se beneficia enormemente de esta complejidad emocional, mostrando al personaje como un hombre atormentado por la culpa, incluso antes de que se le imponga la acusación.

La dirección de Scott Tuitt es precisa y efectiva. Se centra en la atmósfera de sospecha y ambigüedad, utilizando una paleta de colores fríos y una fotografía que enfatiza la oscuridad y la soledad del protagonista. La banda sonora, a menudo inquietante, contribuye a la atmósfera general de tensión. Sin embargo, la película no se queda en la mera recreación de suspense; explora las complejidades de la memoria y el relato, mostrando cómo la percepción y la verdad pueden ser tan maleables. Es un aspecto crucial que eleva la película por encima de la simple trama detectivesca.

El guion, adaptado de la novela, es una de las mayores fortalezas de la película. La trama se desarrolla con una meticulosidad que permite al espectador sumergirse en las capas de engaño y las múltiples perspectivas. La historia se narra principalmente desde la perspectiva de Rusty, pero a medida que avanza la trama, se introducen flashbacks que revelan fragmentos del pasado del protagonista, piezas que encajan para crear un rompecabezas que desafía la memoria y la percepción. La novela, y por ende la adaptación, plantea preguntas importantes sobre la fiabilidad del testimonio, la manipulación y las consecuencias de las decisiones que tomamos. La película logra abordar estos temas con inteligencia y, al mismo tiempo, ofrece un thriller de suspense adictivo.

En definitiva, “Presunto inocente” es una película inteligente y bien ejecutada que combina el suspense de un thriller con la profundidad psicológica de un drama criminal. Es un estudio del personaje y de la naturaleza de la verdad, y una de las mejores adaptaciones cinematográficas de la obra de Scott Tuitt. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que invita a la reflexión sobre la responsabilidad, el pasado y el impacto de las decisiones que tomamos.

Nota: 8.5/10