Pretty Problems (2022)

“Pretty Problems” es, en su esencia, una exploración inquietante de las expectativas, la inseguridad y la búsqueda de la felicidad, envuelta en una estética que recuerda a un guion de Wes Anderson pero con una atmósfera mucho más sombría y perturbadora. La película, dirigida por J.J. Nolan, no intenta ofrecer respuestas fáciles; más bien, se instala como un experimento psicológico que desafía al espectador a cuestionar la naturaleza de la realidad y la banalidad de las decisiones que toman. La historia se centra en Britt Rentschler y Michael Tennant, una pareja que, buscando escapar de la monotonía de su vida, se encuentra invitada a un fin de semana lujoso en un chateau en Sonoma por una pareja aún más enigmática, Alex y Ben Klein.

La dirección de Nolan es magistral en su construcción de la atmósfera. La paleta de colores, inicialmente vibrante y evocadora del lujo, se desvanece progresivamente hacia tonos apagados y oníricos. El uso de la fotografía, a menudo con encuadres tensos y perspectivas inusuales, contribuye a generar una sensación constante de incomodidad. No se trata de un thriller de suspense con persecuciones y explosiones, sino de un thriller psicológico donde la tensión proviene de la incertidumbre y la progresiva desintegración de la percepción de los personajes.

Las actuaciones de Rentschler y Tennant son excepcionales. Ambos dan vida a personajes vulnerables y profundamente imperfectos. Rentschler, en particular, ofrece una interpretación particularmente brillante, capturando con precisión la creciente paranoia y el desorientamiento de su personaje. La química entre los dos actores es fundamental para el éxito de la película, y logran transmitir la fragilidad de su relación de una manera creíble y conmovedora. La incorporación de los personajes secundarios, especialmente Alex y Ben Klein, añade capas de complejidad y ambigüedad moral a la trama.

El guion, escrito por Nolan y el co-autor, es la columna vertebral de la película. La trama se desenvuelve de manera gradual y deliberada, sembrando dudas constantes sobre la veracidad de los eventos y las motivaciones de los personajes. El guion se beneficia de una estructura no lineal que mantiene al espectador en un estado de alerta constante, forzándolo a cuestionar todo lo que ve. La película evita los clichés del género, ofreciendo en su lugar una reflexión sobre la identidad, la memoria y la influencia del entorno en el comportamiento humano. Si bien algunos elementos pueden parecer excesivamente surrealistas y difusos, contribuyen a la atmósfera general de incertidumbre y confusión.

“Pretty Problems” es una película desafiante y memorable. No es una experiencia fácil, pero su ambición artística y sus actuaciones sólidas la convierten en una película que merece la pena ver. Es una obra que te quedará en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 7.8/10