“Primaire” es, ante todo, un retrato de la vulnerabilidad humana, un examen honesto sobre los límites de la dedicación y el precio de la empatía. La película, dirigida por Guillem Fernández Mendes, se presenta como una mirada íntima a la transformación personal de Florence, interpretada con una sutileza exquisita por Léa Seydoux. La Seydoux no recae en clichés o sentimentalismos baratos, sino que construye un personaje complejo, que evoluciona de forma orgánica ante la llegada de Sacha (interpretado con una madurez sorprendente por Vincent Elbaz), un niño con una profunda angustia emocional.
La película no se limita a la mera historia de una profesora que se involucra con un estudiante. Se adentra en la exploración de la relación entre dos seres humanos que se necesitan para encontrar un sentido en su propia existencia. La dirección de Mendes es precisa, favoreciendo la intimidad y el silencio, creando un ambiente de calma que permite que las emociones de los personajes fluyan libremente. La fotografía, de un tono cálido y melancólico, contribuye a esta atmósfera, reforzando la sensación de un espacio seguro y confidencial. La música, sutil pero efectiva, realza los momentos de conexión y de conflicto interno.
El guion, escrito por Fernández Mendes y José Campos, es uno de los pilares fundamentales de la película. Evita la simplificación y se adentra en las consecuencias de un compromiso que va más allá de las expectativas sociales. La presencia de Sara Forestier, interpretada por Guilaine Londez, como mentora y confidente de Florence, añade una capa de profundidad a la historia. Forestier no es una figura paternalista, sino una mujer que conoce las dificultades de la vida y que ofrece a Florence un espacio para ser honesta consigo misma. La relación entre Forestier y Florence no es una simple dinámica de mentor-protegida; es una conexión basada en la empatía y el respeto mutuo.
Las actuaciones son, en general, sobresalientes. La Seydoux entrega una interpretación contenida pero poderosa, mostrando la lucha interna de Florence con una gran precisión. Elgaz, la figura paterna de Sacha, también está particularmente bien retratada. Sin embargo, es la interpretación de Vincent Elbaz como Sacha lo que realmente roba el protagonismo. Elazb logra transmitir la complejidad de un niño que se siente perdido y abandonado, sin caer en la infantilización del personaje. Es una actuación que exige una gran sensibilidad y que, sin duda, es uno de los puntos fuertes de la película.
En definitiva, "Primaire" es una película reflexiva y conmovedora, que nos invita a cuestionar nuestros valores y a reconsiderar la importancia de la empatía. No es una película fácil de ver, pero su honestidad y su capacidad para conectar con las emociones del espectador la convierten en una experiencia cinematográfica inolvidable. Es una película que se queda en la memoria mucho tiempo después de haberla visto.
Nota: 8/10