Primavera en Normandía (2014)

“Primavera en Normandía” de Olivier Assayas es una meditación melancólica y, a la vez, sorprendentemente estimulante sobre la búsqueda del significado, la insatisfacción y la dificultad de escapar del pasado. La película, ambientada en un pintoresco pueblo de la Normandía francesa, presenta a Martin (Mathieu Kassovitz), un ex burgués parisino, ahora panadero en un modesto local. Su vida, aparentemente tranquila, se ve interrumpida por la llegada de la pareja de británicos Gemma (Keira Knightley) y Charles (Jamie Bell), quienes, sin saberlo, comparten un nombre y, lo que es más crucial, una actitud y una inquietud análogas a las de los personajes de Flaubert en "Madame Bovary".

Assayas construye una atmósfera densa y contemplativa, que resuena con la quietud rural y la creciente sensación de desasosiego. La dirección de fotografía es impecable: los colores suaves y la luz natural capturan la belleza serena del paisaje normando, pero también reflejan la frialdad y la distancia emocional que reina en las vidas de los personajes. La película no se apresura; permite que los momentos se desarrollen lentamente, invitando al espectador a sumergirse en la introspección de Martin y a compartir su creciente desconfianza hacia los recién llegados. Este ritmo pausado, si bien puede resultar lento para algunos, es fundamental para el éxito de la película, ya que refuerza la sensación de aislamiento y la dificultad de conectar con el otro.

Las actuaciones son sobresalientes. Mathieu Kassovitz, en el papel de Martin, ofrece una interpretación sutil y compleja, mostrando con maestría la frustración y el anhelo de un hombre atrapado en su propia historia. Keira Knightley y Jamie Bell complementan a la perfección su personaje, transmitiendo con naturalidad la juventud rebelde y la insatisfacción de Gemma y Charles. Sin embargo, la película no se centra únicamente en los personajes principales. La película presenta también a una galería de secundarios, todos ellos retratados con una gran sensibilidad, quienes contribuyen a la construcción del universo narrativo.

El guion, escrito por Assayas y Christophe Carstairs, es donde reside la verdadera fuerza de la película. La trama, aparentemente sencilla, se convierte en una profunda exploración de la identidad, la memoria y la inevitabilidad del pasado. La película plantea preguntas inquietantes sobre la influencia de las obras literarias, la construcción de la felicidad y la búsqueda de la autenticidad. La comparación con "Madame Bovary" no es meramente formal; se revela como una metáfora del deseo de escapar de las limitaciones de la realidad y de la huida que a menudo conduce a la infelicidad. La película sugiere que la verdadera satisfacción no reside en la búsqueda de nuevas experiencias, sino en la capacidad de aceptar y comprender la propia historia.

En definitiva, “Primavera en Normandía” es una película sofisticada y provocadora que exige atención y reflexión. No es un entretenimiento fácil, sino una experiencia cinematográfica rica en matices y significados. Es una obra que permanece en la memoria mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 8/10