Prospect (2018)

“Prospect” no es una película que te engancha de inmediato, sino que, al igual que la propia selva tóxica en la que se desarrolla, te absorbe gradualmente. Esta película de Robert Eggers – quien ya nos dejó con la inquietante “The Witch” – es una suerte de horror psicológico rural, una observación sombría sobre la codicia, la paternidad y la lucha por la supervivencia, todo envuelto en una atmósfera de opresión innegable. La película se centra en Holland (Kodi Smit-McPhee), una joven sensible y atormentada que se ve obligada a abandonar la comodidad de su hogar con su padre, Bett (Haskell Elliott). Su misión: excavar un depósito de gemas en un territorio infestado por seres extraños, un lugar donde la naturaleza y el ser humano chocan de forma brutal.

Eggers, conocido por su meticulosidad y atención al detalle, ha creado un universo visualmente impactante y perturbador. La fotografía, en tonos apagados y con un uso magistral de la luz y la sombra, intensifica la sensación de aislamiento y amenaza. El diseño de producción, que recrea la selva como un lugar antinatural, es asombroso. Los extraños habitantes del bosque, criaturas grotescas y ambiguas, no son monstruos clásicos, sino representaciones simbólicas del miedo, la envidia y la destrucción. Su diseño es fundamental para construir la narrativa subtextual de la película.

Kodi Smit-McPhee ofrece una actuación cautivadora. Su Holland es un personaje complejo, vulnerable y a la vez resuelto. La relación entre él y su padre es el corazón de la película y la dinámica entre los dos actores es tensa y profundamente conmovedora. Haskell Elliott, por su parte, ofrece una interpretación excepcionalmente matizada, mostrando tanto la desesperación del padre, consumido por la necesidad de proteger a su hija, como la gradual erosión de su juicio moral. La tensión entre los dos personajes es palpable y se convierte en el motor de la trama. Sin embargo, la película no se centra únicamente en la relación padre-hija, sino que explora las consecuencias de la ambición y la búsqueda de riqueza a cualquier precio.

El guion, aunque a veces pausado, se beneficia de la prosa poética y la atmósfera opresiva. Eggers evita la acción explosiva, optando por el suspense lento y las situaciones incómodas. La narrativa se desarrolla a través de los diálogos y la observación de los personajes. El guion no ofrece respuestas fáciles; más bien, plantea preguntas sobre la naturaleza humana, la moralidad y el precio de la supervivencia. Algunos podrían encontrar el ritmo deliberadamente lento, pero para mí, contribuye a la sensación de incomodidad y a la profundidad emocional de la película. Es una película que te obliga a reflexionar después de que termina.

En definitiva, "Prospect" es una película inquietante, visualmente impresionante y con una fuerza emocional considerable. No es un espectáculo grandilocuente, sino una experiencia íntima y perturbadora que te quedará en la memoria. Robert Eggers ha demostrado una vez más su talento para crear mundos cinematográficos únicos y contar historias que resuenan a un nivel profundo.

Nota: 8/10