Przytul mnie. Poszukiwacze miodu (2022)

“Przytul mnie. Poszukiwacze miodu” es una joya inesperada, una película que te atrapa con su sencillez y, sobre todo, con la ternura que irradia desde el primer fotograma. No se trata de una epopeya de acción ni de un drama complejo; es una oda a la infancia, la esperanza y la conexión familiar, envuelta en una aventura que, a pesar de ser concebida para un público infantil, consigue emocionar y hacer reflexionar a cualquier espectador. La película, dirigida por Jakubas y Michał Dembowski, se centra en la búsqueda de la legendaria Tierra Dorada, un lugar mítico que, según se cuenta, es el hogar de una fuente inagotable de miel, en un intento de hacer el cumpleaños de un niño especialmente especial. La premisa, a primera vista, parece algo trivial, pero en manos de los creadores, se transforma en un viaje emocionalmente resonante.

Las actuaciones son uno de los puntos fuertes de la película. Iwo Rajski, como el padre, aporta una gran dosis de ternura y humor, equilibrando la seriedad de la búsqueda con momentos de disfrute y espontaneidad. Su relación con el cachorro, interpretado por Jakubas, es el corazón de la película. La química entre ambos actores es palpable, transmitiendo una profunda conexión y el deseo de un padre de hacer feliz a su hijo. Jakubas, en el papel del cachorro, no solo es adorable, sino que también aporta una naturalidad y una vulnerabilidad que te hacen querer protegerlo. Las interpretaciones de Dominika Łakomska y Marta Grześkowiak, como las otras figuras de apoyo en la aventura, son sólidas y contribuyen a enriquecer el universo narrativo. Se nota que se han cuidado los detalles para que cada personaje tenga su propia personalidad y rol dentro de la historia.

El guion, aunque simple en su estructura, es inteligente. Evita los clichés del género de aventuras y se centra en la importancia de la amistad, la perseverancia y la confianza en uno mismo. Los desafíos que enfrentan el protagonista y su padre no son de gran impacto físico, pero sí representan obstáculos emocionales que requieren ingenio, trabajo en equipo y, sobre todo, fe en la posibilidad de alcanzar el objetivo. El humor, sutil pero constante, alivia la tensión y añade un componente de disfrute a la experiencia cinematográfica. La banda sonora, llena de melodías alegres y emotivas, complementa a la perfección la atmósfera de la película. Se aprecia un cuidado particular en la representación del paisaje polaco, que se presenta como un escenario idílico para esta aventura. El uso de los efectos especiales es mínimo pero efectivo, permitiendo que la imaginación del espectador se deslice libremente. Lo importante es que se genera un ambiente de optimismo e ilusión.

“Przytul mnie. Poszukiwacze miodu” no pretende ser un gran hito de la cinematografía polaca, pero sí es una película que se queda en la memoria por su calidez, su honestidad y su capacidad para conectar con el corazón del espectador. Es un recordatorio de que las verdaderas aventuras no siempre se encuentran en lugares lejanos o con combates épicos, sino en los momentos compartidos con aquellos que amamos. Una película para disfrutar con la familia y que, sin duda, te dejará con una sonrisa en la cara y una sensación de optimismo.

Nota: 8/10