“Punto de impacto” es un thriller policial que, a pesar de sus ambiciones, se siente un tanto desajustado, como una pieza que no encaja del todo en el rompecabezas del género. La película, dirigida por Kenny Chan, se presenta como una historia de venganza, honor y orgullo, pero la ejecución, aunque con momentos de tensión y acción, carece de la profundidad y la complejidad que prometía.
El argumento, centrado en la búsqueda de un grupo de atracadores letales, es funcional, pero predecible. La premisa inicial – la pérdida de una prometida y la necesidad de venganza de uno de los protagonistas – es un tropo narrativo frecuente, que se maneja con cierto artificio. La película se esforzaza por dar voz a las motivaciones individuales de cada policía – Chan, Fong y Wai – pero, en última instancia, se siente que sus conflictos internos se exploran superficialmente. La película se queda en la superficie de las relaciones complejas y en ocasiones, las respuestas emocionales se revelan a través de diálogos forzados que más parecen explicaciones que sentimientos.
Las actuaciones son sólidas, sin duda. Loong Son Chan ofrece una interpretación contundente como el agente Chan, transmitiendo la rabia y la frustración de un hombre consumido por el dolor. Sam Lee, quien interpreta a Fong, es un personaje más sutil y complejo, capaz de mostrar la vulnerabilidad bajo una fachada de arrogancia. Sin embargo, es la actuación de Alex Yu como Wai la que realmente destaca. Yu logra evocar la carga de un hombre atormentado por un pasado oscuro y la pérdida de su hermano, aportando una profundidad emocional que equilibra, en cierta medida, la tonalidad general de la película.
La dirección de Kenny Chan es competente, pero no particularmente innovadora. La película se centra en la acción y las persecuciones, con secuencias de lucha bien coreografiadas y montajes que mantienen al espectador enganchado durante el grueso de la trama. El uso del sonido es efectivo, creando una atmósfera de tensión y peligro. Sin embargo, la banda sonora, aunque audible, no logra elevar significativamente la experiencia cinematográfica.
En cuanto al guion, la película presenta algunas lagunas. El ritmo es irregular, alternando momentos de acción frenética con escenas contemplativas que no logran conectar verdaderamente con el espectador. La trama se complica con demasiados personajes secundarios que, en su mayoría, no aportan nada relevante a la historia principal. Además, la resolución del conflicto final resulta algo forzada y poco creíble. La película, en definitiva, podría haber tenido un mayor impacto si hubiera apostado por una mayor ambición narrativa y una mayor atención al desarrollo de los personajes. Es un thriller policial correcto, entretenido en su momento, pero que no deja una impresión duradera.
Nota: 6/10