Punto de recreo (1985)

“Punto de recreo” (Party Girl) es, en esencia, una comedia erótica con un aire de nostalgia que intenta evocar la cultura pop de los 90. Dirigida por Jay Anistaud, la película no llega a ser una obra maestra, pero sí logra momentos de genuina diversión y una atmósfera que resulta bastante agradable, especialmente si la se observa con la perspectiva adecuada. La película se centra en Ben y Jack, dos universitarios que, en busca de experiencias y algo más que simplemente amistad, deciden pasar sus vacaciones en el lujoso Private Resort de Miami. Su plan, evidentemente, es mucho más elaborado que simples encuentros casuales: quieren “conquistar” a las chicas que frecuentan el lugar. Esto, por supuesto, desencadena una serie de situaciones cómicas, aunque a menudo con un toque de machismo y una visión de las mujeres que, siendo honesto, no siempre es precisamente feminista.

La dirección de Anistaud se centra en crear una atmósfera vibrante y llena de color, reflejando la energía de Miami. La película está visualmente atractiva, utilizando la iluminación y la composición para enfatizar la sensualidad del lugar y los personajes. Sin embargo, la dirección no es particularmente innovadora. Se siente más como una adaptación de un guion pulido que una obra de dirección realmente original. El ritmo es constante, con momentos de comedia que funcionan bien y otros que se arrastran un poco demasiado. Hay un esfuerzo por incorporar referencias a la cultura pop de los 90, que, aunque intencionado como un guiño nostálgico, a veces se sienten forzados y poco convincentes. Se intuye que el guion buscaba ser una sátira mordaz, pero a menudo se queda en la superficie, sin profundizar en las dinámicas de poder y las expectativas sociales que presenta.

Las actuaciones son sólidas, particularmente la de Ben Feldman como Ben. Su personaje es, en esencia, un tipo agradable y un poco torpe, con el que es fácil identificarse. Feldman logra transmitir la vulnerabilidad y el deseo de aprobación de su personaje con una naturalidad que evita que Ben se convierta en un cliché. También destaca la presencia de Ryan Phillippe como Jack, quien aporta un toque de sofisticación al grupo. La química entre los dos actores es palpable, y es esta conexión lo que hace que algunas de las escenas más cómicas funcionen mejor. El reparto de secundarios, compuesto por mujeres atractivas y con personalidad, contribuye a la vitalidad del ambiente del hotel. Sin embargo, es importante reconocer que las representaciones de las mujeres a veces son simplistas y se basan en estereotipos, lo que genera una reflexión incómoda sobre la objetificación sexual.

En definitiva, “Punto de recreo” es una comedia ligera y entretenida que no intenta ser más de lo que es. No es una película que marque un hito en el género, pero sí ofrece un pase agradable para aquellos que buscan una película fácil de ver y disfrutar. Su fuerza reside en su ambientación, sus actuaciones convincentes y, sobre todo, en su capacidad para evocar la nostalgia de una época. Es una comedia que, si bien no es profunda, sí tiene su encanto y ofrece un respiro ligero en un panorama cinematográfico a menudo demasiado serio.

Nota: 6/10