“¡Qué dilema!” es una comedia romántica que se presenta como un ejercicio de equilibrio entre el humor y la introspección, pero en el fondo se siente un poco desprovista de la chispa que realmente podría haberla convertido en algo memorable. La película, dirigida por Ken Kwapis, se centra en la amistad de dos hombres, Ronny (Vince Vaughn) y Nick (Kevin James), y la complicada situación que surge cuando Ronny descubre una posible infidelidad de la esposa de Nick. La premisa, aunque previsible, ofrece un terreno fértil para explorar temas de celos, lealtad, y las consecuencias de la duda, aunque el resultado final no alcanza la profundidad que se podría haber esperado.
Vince Vaughn y Kevin James, dos actores con una química palpable en pantalla, dan lo mejor de sí mismos en sus roles. Vaughn, como Ronny, captura a la perfección la frustración y la inseguridad de un hombre que lucha por comprender la situación en la que se encuentra. Su interpretación se inclina por la comedia, pero también logra transmitir las emociones subyacentes con un toque de vulnerabilidad. James, por su parte, ofrece un Nick convincente, un hombre feliz y aparentemente inocente que, a pesar de su optimismo, también alberga sus propias dudas y miedos. La dinámica entre ambos actores, alimentada por un humor amistoso y un genuino respeto, es sin duda uno de los puntos fuertes de la película.
Jennifer Connelly y Winona Ryder también cumplen con sus roles, aunque sus personajes, Beth y Geneva, no logran alcanzar la complejidad que podrían haber tenido. Beth, la novia de Ronny, se presenta como un contrapunto a su carácter más impulsivo, pero su motivación para mantener la distancia con Ronny no está del todo clara. Geneva, por su parte, se siente a veces como un mero accesorio en la trama, con una ambigüedad que no se explora en profundidad. El guion, aunque entretenido en su mayoría, se vale a veces de clichés y situaciones predecibles. El ritmo de la película es constante, pero carece de momentos realmente impactantes o inesperados. Las situaciones cómicas, si bien abundantes, a menudo recurren a bromas de mal gusto que, en lugar de provocar risas genuinas, generan incomodidad. La dirección, aunque efectiva en la creación de un ambiente agradable, no aporta una visión particularmente original a la historia. Se nota una falta de audacia en el tratamiento de ciertos temas, como el amor y la traición, que podrían haber sido explorados con mayor profundidad.
En definitiva, “¡Qué dilema!” es una comedia ligera y entretenida, ideal para una noche de cine relajada. Sin embargo, a pesar de las buenas actuaciones de Vaughn y James, la película no alcanza la excelencia que prometía su premisa. Se trata de una película que, en lugar de ofrecer una reflexión profunda sobre la complejidad de las relaciones humanas, se limita a presentar una serie de situaciones cómicas y un dilema moral relativamente simple. Podría haber sido mucho más.
Nota: 6/10