Que el infierno te lleve: Capitulo dos (2020)

“Que el infierno te lleve: Capítulo Dos” no es una simple secuela; es un escalofriante recordatorio de la fragilidad de la cordura frente a lo inexplicable. Después de lo vivido en el primer capítulo, la protagonista, Sarah, se encuentra desarticulada, no solo emocionalmente, sino también espiritualmente. La dirección, a cargo de Michael Parucki, logra construir una atmósfera de constante aprehensión, una incomodidad palpable que se instala en el espectador desde los primeros minutos y no la abandona, incluso en los momentos que parecen más lentos. Se aleja de los excesos del terror puro y privilegi a favor de una construcción psicológica que explora el trauma y la pérdida de fe, elementos cruciales para la evolución del personaje principal.

El guion, adaptado de la novela de Mark Edward Hall, se centra en la lenta desintegración mental de Sarah, y es aquí donde el film realmente brilla. La trama no busca resolver misterios rápidamente, sino que se basa en la sugerencia, en lo que se asume más que en lo que se muestra explícitamente. Las visiones que atormentan a Sarah no son meras imágenes aterradoras; son fragmentos de recuerdos distorsionados, metáforas de sus miedos más profundos. Este enfoque, aunque deliberadamente lento, crea una sensación de desasosiego mucho más efectiva que los sustos baratos y las jumpscares predecibles. La narrativa, aunque por momentos confusa, se beneficia de una profundidad en la caracterización que permite al espectador conectar con el sufrimiento del personaje principal. La película se sirve de una construcción sutil del horror, más enfocada en el impacto emocional que en el impacto visual.

Las actuaciones son excepcionales. Alice Kroeker, como Sarah, ofrece una interpretación magistral, transmitiendo con maestría la paranoia, el miedo y la desesperación que consume al personaje. Su vulnerabilidad, su lucha interna, es lo que hace que el horror sea tan impactante. El resto del elenco secundario cumple su función a la perfección, contribuyendo a la atmósfera opresiva. Sin embargo, es la interpretación de Kroeker la que marca la diferencia, la que consolida a “Que el infierno te lleve: Capítulo Dos” como una película que explora el terror más allá de lo superficial.

No obstante, la película no está exenta de fallos. El ritmo, en ocasiones, es demasiado pausado, lo que puede resultar tedioso para algunos espectadores. Además, la trama, a pesar de su ambición, podría haber sido más clara en ciertos momentos, dejando algunas preguntas sin respuesta. A pesar de estas pequeñas carencias, “Que el infierno te lleve: Capítulo Dos” es un ejercicio de terror psicológico inteligente y perturbador, que recompensa la paciencia del espectador con una experiencia cinematográfica memorable. Es un hito en el subgénero, que demuestra que el verdadero horror reside en la mente del espectador.

Nota: 7/10