Que empiece la carrera (2018)

“Que Empiece la Carrera” no es una película que redefine el género de la comedia deportiva, pero sí logra sumergirte en un universo particular: el mundo de los trineos de nieve, un microcosmos de rivalidad, ambición y, sobre todo, de pasión por este deporte tan específico. La película, dirigida con una fluidez sorprendente por Todd Phillips, se centra en una rivalidad que se va intensificando a lo largo de la temporada, pero lo más importante es la forma en que retrata las dinámicas de un equipo juvenil, con sus debilidades, sus egos y sus pequeñas miserias.

El guion, escrito por Ben Fremon y Craig Fremon, se adhiere a una estructura sencilla pero efectiva. No hay giros argumentales sorprendentes, ni momentos de drama trascendental. Sin embargo, la película se beneficia enormemente de la ambientación y de la construcción de personajes. Frankie y Sophie, interpretados magistralmente por Jonah Hill y Camila Morrone, son la columna vertebral de la trama. Hill, en particular, ofrece una actuación particularmente convincente, logrando transmitir la arrogancia calculada de un líder competitivo, pero también la vulnerabilidad que lo impulsa. Morrone, como Sophie, aporta un contrapunto de inteligencia y determinación, mostrando que la ambición no tiene que estar necesariamente ligada a la agresividad.

La dirección de Phillips es impecable en la recreación del entorno. La nieve, las pistas, los trineos, todo está filmado con una atención al detalle que te transporta a la localidad donde se desarrolla la historia. La cinematografía es dinámica y vibrante, utilizando planos cercanos y tomas aéreas para capturar la emoción de las carreras. Lo que realmente distingue a la película, sin embargo, es su capacidad para transmitir la atmósfera de un equipo que vive y respira la competición. Se siente el olor a nieve y madera, la tensión en el aire, la camaradería entre los miembros del equipo, todo lo que compone la esencia de este ambiente.

No obstante, la película no está exenta de fallos. La trama, aunque entretenida, puede parecer un tanto predecible y la resolución, aunque satisfactoria, no genera un impacto emocional significativo. Algunos personajes secundarios son algo planos, relegados a roles puramente funcionales. A pesar de estas pequeñas imperfecciones, “Que Empiece la Carrera” se sostiene gracias a su ritmo ágil, a sus personajes memorables y a su mirada refrescante sobre el espíritu competitivo. Es una comedia con corazón, que celebra la amistad, la perseverancia y la pasión por la adrenalina. La película no pretende ser un gran clásico, pero sí una agradable experiencia cinematográfica, perfecta para quienes buscan una escapada ligera y divertida.

Nota: 7/10