“¿Qué tal, Pussycat?” (What’s New, Pussycat?) es una comedia negra profundamente perturbadora y, sorprendentemente, resonante, que se mantiene vigente décadas después de su estreno. La película, dirigida con una audacia y un surrealismo innegables por Ulu Kulac y Peter Sallis, no busca la comedia ligera, sino explorar las miserias de la masculinidad, la obsesión por el sexo y la hipocresía de la alta sociedad parisina. No es una película que te divierta a carcajadas, sino que te obliga a reflexionar sobre la fragilidad de la identidad y la dificultad de encontrar la autenticidad en un mundo de apariencias.
Peter O'Toole, en el papel de Michael James, ofrece una actuación magistral. Su personaje es un hombre consumido por la vanidad y una insatisfacción profunda que se manifiesta en su incapacidad para conectar emocionalmente con nadie. O'Toole transmite la frustración, el hastío y la desesperación de un hombre atrapado en una jaula de su propia creación. Su interpretación es sutil, elegante y, a la vez, reveladora de la angustia interna de Michael. A pesar de la situación cómica que lo rodea, el personaje de O'Toole siempre permanece con una expresión de melancolía, lo que le añade una capa extra de complejidad.
La actuación de Peter Sellers como el Dr. Fassbender es simplemente inolvidable. Sellers, en un papel que sacó todo su talento, da vida a un psiquiatra que parece más interesado en su propia búsqueda del placer que en ayudar a sus pacientes. Su comportamiento excéntrico, sus comentarios ácidos y su evidente adicción al sexo son hilarantes y, al mismo tiempo, profundamente inquietantes. Sellers no solo proporciona las líneas ingeniosas, sino que también infunde al personaje con una vitalidad y un carisma que lo convierten en uno de los personajes más memorables del cine.
El guion, coescrito por Kulac, Sallis y Kulac Jr., es inteligente y lleno de giros inesperados. La película se mueve fluidamente entre la comedia absurda y la sátira social. Los diálogos son brillantes, las situaciones ridículas y los personajes, a pesar de sus defectos, son entrañables. La trama, a primera vista simple, revela múltiples capas de significado al explorar temas como la objetificación de la mujer, la búsqueda de la felicidad y la fragilidad de las relaciones humanas. La película también utiliza elementos de la narrativa surrealista, creando un mundo onírico y perturbador que refleja el estado mental de Michael James. Es una obra que valora la ambigüedad y la incomodidad, dejando espacio para la interpretación del espectador.
Si bien la película puede resultar extraña o incluso desconcertante para algunos, "¿Qué tal, Pussycat?” es una experiencia cinematográfica única y valiosa. Es una crítica mordaz a la sociedad y al comportamiento humano, y una celebración de la libertad y la individualidad. No es una comedia para todas las edades, pero para aquellos que estén dispuestos a adentrarse en su mundo peculiar, ofrece una visión fascinante y memorable del cine.
Nota: 8/10