Qué tan lejos (2006)

“Qué tan lejos” es un filme que se instala en la quietud, no en el sentido de vacío, sino en el de una contemplación profunda. La directora Cecilia Vallejo, en su debut, nos entrega un relato delicado y evocador sobre la búsqueda de la identidad femenina, principalmente a través de las experiencias de Tristeza y Esperanza, dos amigas que emprenden un viaje a lo largo de la costa y las montañas ecuatorianas. El film no pretende ofrecer soluciones fáciles o narrativas grandilocuentes; en cambio, se contenta con mostrar la complejidad de la amistad, la vulnerabilidad y el dolor inherente a la transición de la juventud a la adultez.

La fotografía, obra de Luis García, es sin duda uno de los pilares fundamentales de la película. La paleta de colores, predominantemente terrosas y saturadas, captura la belleza salvaje de Ecuador, mientras que la luz, siempre juguetona con las sombras, crea una atmósfera onírica que refleja los estados emocionales de las protagonistas. Vallejo logra transmitir, a través de la imagen, una sensación constante de melancolía, pero también de esperanza, que impregna todo el metraje. No se trata solo de paisajes; la naturaleza misma se convierte en un espejo de las inquietudes internas de las protagonistas.

Tania Martínez y Cecilia Vallejo, que también interpreta a Tristeza, ofrecen interpretaciones sensibles y honestas. La actuación de Martínez es particularmente conmovedora, logrando comunicar con sutileza la desesperación y el anhelo de Esperanza. Vallejo, por su parte, equilibra la fragilidad con una determinación silenciosa. La química entre ambas actrices es palpable, alimentando la dinámica de su amistad y convirtiendo sus interacciones en el núcleo emocional de la película. El guion, aunque no se basa en giros argumentales sorprendentes, se centra en la construcción gradual de la relación entre las dos amigas, permitiendo que el espectador se involucre genuinamente con sus vidas.

Es cierto que el ritmo pausado y la falta de diálogos explícitos pueden resultar un obstáculo para algunos espectadores. “Qué tan lejos” no intenta llenar cada momento con acción o revelaciones dramáticas. La película se construye a través de momentos de silencio, miradas y gestos que transmiten un universo de emociones. Esta elección estilística podría interpretarse como una crítica a las narrativas excesivamente lineales y orientadas a la trama, aunque en realidad, la película promueve una forma de contar historias más introspectiva y centrada en el desarrollo de los personajes. La directora, consciente de que la belleza a menudo reside en lo no dicho, opta por una experiencia contemplativa que exige un compromiso por parte del espectador. En este sentido, “Qué tan lejos” es un film que recompensa la paciencia y la sensibilidad.

Nota: 7/10