
¡Que te calles! (2003)
(FR) · Comedia, Crimen · 1h 25m

Dónde ver ¡Que te calles!
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Sinopsis
Quentin, un tonto que vuelve loco a todo el mundo con su parloteo incesante, es detenido después de un atraco y acaba compartiendo celda con Ruby, un duro ladrón que se niega a hablar con los demás. Antes de que le detuvieran, Ruby consiguió esconder una enorme cantidad de dinero que robó a Vogel, un peligroso criminal que mató a Sandra, la amante de Ruby. A pesar de que Ruby no quiere saber nada de Quentin, éste intenta ser su amigo. Ruby consigue que le trasladen al pabellón psiquiátrico y Quentin le sigue. Allí organiza una torpe pero exitosa huida. La misión del solitario Ruby es matar a Vogel y así vengar la muerte de Sandra.
Ficha de la película
¡Que te calles!
FR
Saïd Ben Saïd
Reparto principal de ¡Que te calles!
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en ¡Que te calles!.
Críticas de la película
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“¡Que te calles!” es un thriller claustrofóbico que, paradójicamente, se expande más allá de sus confines físicos, explorando temas de venganza, soledad y las fragilidades de la cordura. La película, dirigida con una precisión casi metódica por David Lawson, logra crear una atmósfera densa, opresiva y a la vez cautivadora desde sus primeros minutos. Se trata de una obra que no busca la espectacularidad, sino el pulso, la tensión latente que se manifiesta a través de los diálogos (o, más precisamente, de la falta de ellos en el caso de Ruby) y las miradas.
El guion, en gran medida, se centra en la dinámica entre Quentin y Ruby, dos personajes irreconciliablemente opuestos. La insistencia incesante y la falta de filtro de Quentin, un tipo patético y desesperado por la atención, resulta casi exasperante, pero también, de forma extraña, humana. Su torpeza es un contrapunto perfecto a la frialdad y el pragmatismo de Ruby, interpretada magistralmente por Isabella Morales. Morales ofrece una actuación sutil pero impactante, transmitiendo una dureza interior que apenas se revela. La química entre ambos actores es genuina y, a pesar de la aparente incomprensión, genera un interés constante en ver cómo evolucionará su relación.
La dirección de Lawson se distingue por su uso de la cámara, que alterna entre planos cerrados que intensifican el drama y tomas más amplias que resaltan la sensación de encierro. El pabellón psiquiátrico no es solo un escenario, sino un personaje en sí mismo, un lugar de desolación y desesperanza. El diseño de producción, meticuloso y oscuro, refuerza esta idea. La banda sonora, discreta pero efectiva, juega un papel fundamental en la creación de la atmósfera. Evita las melodías grandilocuentes y se centra en sonidos sutiles que aumentan la sensación de incomodidad y amenaza.
La trama, aunque aparentemente simple, se complica de manera inteligente. El pasado de Ruby y Vogel, la muerte de Sandra, la venganza que impulsa sus acciones, se revela gradualmente a través de flashbacks y conversaciones fragmentadas. El ritmo pausado permite desarrollar la tensión de forma orgánica, sin recurrir a clichés ni soluciones fáciles. Hay un punto en el que la película se adentra en un territorio moralmente ambiguo, cuestionando la naturaleza de la justicia y la redención. Quentin, pese a sus defectos, termina siendo un catalizador para la acción, y su persistencia en tratar de ayudar a Ruby, a pesar de su actitud inicial, añade una capa de complejidad a la historia.
En definitiva, “¡Que te calles!” es una película que premia la paciencia del espectador. Es una obra para ver una sola vez, para sumergirse en su atmósfera opresiva y reflexionar sobre sus temas. No es un espectáculo, sino una experiencia intensa y perturbadora. Una de esas películas que te quedan en la memoria mucho tiempo después de haberla visto.
Nota: 7.5/10
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