“Queen & Slim” es una película que se ancla en la dolorosa realidad de la brutalidad policial y el racismo sistémico en Estados Unidos, pero lo hace con una sensibilidad y una profundidad emocional que la elevan por encima del simple drama social. Melina Matos ha firmado un guion devastador, que no se limita a mostrar la confrontación, sino que se adentra en las vidas interconectadas de sus protagonistas, mostrando las capas de su individualidad y el complejo entramado de sus relaciones.
La película no nos presenta a un héroe o una villana; en cambio, nos entrega a dos personas ordinarias, David King, un abogado con una moral cuestionable pero un corazón en el fondo, y Sadie Thompson, una mujer que lucha por encontrar su lugar en el mundo. Ambos se encuentran en momentos de crisis personal, David con la reciente ruptura con su esposa, y Sadie, buscando una vía de escape después de ser acosada por un conocido. La interacción inicial, una cita romántica que se convierte en el catalizador de todo, se siente críptica, casi presagio, estableciendo un tono de inquietud que permea la película.
La dirección de Steve McQueen es magistral. Su estética, con un uso predominante de planos largos, colores apagados y una paleta de grises, transmite una sensación de desesperación y de aislamiento. La película no se apoya en la espectacularidad, sino en la atmósfera, creando un ambiente claustrofóbico que refleja la situación de los protagonistas, atrapados en una red de violencia y prejuicios. La cinematografía, lejos de romantizar la huida, muestra la dura realidad del camino, la cansancio, la soledad y el constante peligro.
Las actuaciones son, sin lugar a dudas, el punto fuerte de la película. Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith ofrecen interpretaciones impecables. Kaluuya, en el papel de David, consigue mostrar una ambivalencia palpable, un hombre que, aunque moralmente ambiguo, se ve arrastrado por las circunstancias y la necesidad de proteger a la mujer que ama. Turner-Smith, por su parte, transforma a Sadie en un personaje vulnerable pero sorprendentemente resiliente. Su actuación transmite la confusión, el miedo y la determinación de una mujer que se enfrenta a una situación inimaginable. La química entre ambos actores es notable, y la evolución de su relación, desde la cautela inicial hasta la profunda conexión, es el núcleo emocional de la película.
“Queen & Slim” no es una película fácil de ver. Es intensa, dolorosa y, a veces, brutal. Pero es una obra cinematográfica de gran importancia, que invita a la reflexión sobre la injusticia, la igualdad y la fragilidad de la vida. Es una historia que permanece en la memoria, un recordatorio de la necesidad de denunciar la violencia y de luchar por un mundo más justo. La película no ofrece soluciones, sino que se limita a plantear preguntas incómodas y a mostrar el impacto devastador de la discriminación.
Nota: 8.5/10