¿Quién mató a Kurt Cobain? (1998)

“¿Quién mató a Kurt Cobain?” es un documental de Nick Broomfield que, más que un simple relato de la muerte de un ícono, se convierte en una inmersión profunda en un enigma que ha perpetuado un debate y una especulación incesantes. La película, estrenada en 2003, no ofrece una respuesta definitiva, sino que se centra en construir un rompecabezas complejo a partir de múltiples testimonios y evidencias circunstanciales. Broomfield, con su estilo documental provocador y a menudo confrontacional, opta por una aproximación de “investigación”, que a veces se desplaza hacia la especulación, pero que en su conjunto resulta cautivadora y, francamente, inquietante.

La fortaleza principal del documental reside en su capacidad para presentar diferentes perspectivas sobre la tragedia. Broomfield entrevista a numerosos personajes clave en la vida de Kurt Cobain y Courtney Love: sus padres, sus hermanos, sus amigos más cercanos, incluso algunos conocidos de la escena musical de la época. Estos testimonios se entrelazan, creando un relato fragmentado y contradictorio que refleja la naturaleza caótica y atormentada de la vida de Cobain. La película no se limita a mostrar la relación tumultuosa entre Kurt y Courtney; profundiza en las dinámicas familiares disfuncionales de ambos, en sus adicciones, en sus vidas privadas y en las tensiones del mundo del rock. La imagen que emerge no es la de un héroe perfecto, sino de un hombre vulnerable, atormentado por sus demonios internos y manipulado por las circunstancias.

Broomfield no rehuye la controversia, y la película no se guarda nada. Se exploran los rumores de drogas, el posible abuso, la vigilancia policial y la presión mediática. La figura de Courtney Love se presenta de manera particularmente ambivalente, como una mujer compleja y, a veces, cómplice de las tragedias que se avecinan. Sin embargo, el enfoque de Broomfield no es simplemente acusatorio. Intenta ofrecer una visión comprensiva, aunque no excusatoria, del entorno que rodeó a Cobain en sus últimos días. La dirección es ágil, alternando entrevistas con escenas de archivo, fotografías y, en ocasiones, imágenes inquietantes que refuerzan la atmósfera de misterio y desasosiego.

No obstante, el estilo de Broomfield, que a menudo se caracteriza por la intimidad excesiva y la confrontación directa, puede resultar intrusivo para algunos espectadores. A veces la película se siente demasiado personal, casi como si Broomfield se hubiera infiltrado en la vida de los entrevistados, lo que, aunque crea un ambiente de cercanía, puede generar cierta incomodidad. La edición, en ciertos momentos, también podría haber sido más precisa, para evitar que el ritmo se interrumpa. Sin embargo, estas son pequeñas críticas en comparación con el valor general del proyecto, que ofrece un retrato convincente y perturbador de un hombre y un momento crucial en la historia de la música. “¿Quién mató a Kurt Cobain?” no ofrece respuestas fáciles, pero nos obliga a cuestionar la veracidad de las narrativas oficiales y a considerar la complejidad de la muerte de una leyenda.

Nota: 7.5/10