Quiero ser libre (1980)

“Quiero ser libre” no es simplemente una biografía musical; es un retrato visceral del espíritu humano y su incansable búsqueda de autonomía, un viaje a través de las dificultades de la vida en los Apalaches y la lucha silenciosa de una mujer para forjar su propio destino. La película, dirigida con sensibilidad por Bradley Cooper, logra evocar la cruda realidad del entorno rural estadounidense a mediados del siglo XX, un mundo donde el matrimonio infantil, la pobreza y las expectativas sociales opresivas se entrelazaban para limitar las posibilidades de las mujeres. La dirección de Cooper se distingue por su habilidad para capturar la atmósfera opresiva de la comunidad, utilizando la belleza salvaje de los paisajes apalaches como un contraste con la limitación y la monotonía de la vida de Loretta.

La película se centra, lógicamente, en la interpretación de Jessica Chastain como Loretta Lynn. Chastain ofrece una actuación absolutamente cautivadora, que va más allá de la simple representación de un personaje. Transmite la fuerza, la vulnerabilidad, el orgullo y, a veces, la frustración de una mujer que, a pesar de las limitaciones impuestas por su entorno, nunca renunció a sus sueños. No es un personaje glamoroso ni heroico, sino una mujer real, con defectos y con virtudes, que lucha por encontrar su voz en un mundo que intenta silenciarla. La química entre Chastain y Shia LaBeouf, como el marido Doolittle, es especialmente destacable, con una dinámica que refleja la complejidad de una relación marcada por la tensión, el amor y, por supuesto, las diferencias de opinión. LaBeouf logra dar vida a un hombre ambivalente, un esposo leal pero a menudo distante, atrapado en sus propios demonios y poco dispuesto a comprender la ambición de su esposa.

El guion, adaptado de la propia autobiografía de Loretta Lynn, destaca por su honestidad brutal. No rehúye las escenas más difíciles de la vida de la artista, como el matrimonio infantil, la maternidad, el alcoholismo de Doolittle y la lucha por el reconocimiento en la industria musical. Sin embargo, la película no se limita a ser una acumulación de desgracias. A través de flashbacks y escenas en el presente, el guion explora la evolución de Loretta, mostrando cómo la adversidad y el dolor, en realidad, impulsaron su creatividad y su determinación. Los diálogos son naturales y auténticos, y la película logra capturar el espíritu de la música country, transmitiendo la melancolía y la esperanza que impregnan las canciones de Loretta Lynn. La banda sonora, con canciones originales de Taylor Swift, complementa a la perfección la narrativa visual y emocional.

La película, aunque consciente de no poder abarcar la totalidad de la vida de una artista con logros tan extensos, ofrece una visión profunda y conmovedora del camino que Loretta Lynn recorrió para llegar a la cima. "Quiero ser libre" es un homenaje a la resiliencia femenina, al poder de la música y a la búsqueda individual de la felicidad. Más allá del género musical, es una historia sobre la libertad interior y la valentía de seguir tus propios sueños, incluso cuando el mundo te dice que no puedes.

Nota: 8.5/10