Rain Man (1988)

“Rain Man” (1988) es mucho más que una simple historia familiar; es una meditación sobre la conexión humana, la empatía y la redefinición de lo que significa ser “normal”. Terry Gilliam, a menudo asociado con estilos visuales excéntricos, entrega aquí una obra sorprendentemente contenida y profundamente conmovedora, donde la genialidad reside no en la extravagancia, sino en la sutileza de la narrativa y las actuaciones.

La película se centra en Charlie Babbitt (Dustin Hoffman), un hombre pragmático, cínico y socialmente inepto, que se enfrenta a la inesperada herencia de su difunto padre. Para sorpresa de Charlie, su hermano Raymond (Dan Akroyd), un hombre con síndrome de autismo, es el único beneficiario. Inicialmente, la idea de convivir con Raymond es un desafío, pero la película no se apoya en la comedia caricaturesca que podrían haber esperado. En cambio, Gilliam y el guion de Ronald Bass, basado en una historia real, exploran la relación entre los hermanos con una sensibilidad notable. Se evita la explotación del personaje autista, presentándolo como un individuo complejo con sus propias fortalezas y debilidades, y no solo como un objeto de lástima o de curiosidad.

La dirección de Terry Gilliam es magistral, especialmente en la planificación de las secuencias de transición. Las frecuentes cambios de perspectiva y el uso de planos y ángulos inusuales reflejan, de alguna manera, la experiencia visual de Raymond, contribuyendo a que el espectador se sumerga en su mundo. Sin embargo, la verdadera joya de la película reside en la interpretación de Dustin Hoffman. Su transformación de un hombre egoísta y desprovisto de emoción a un individuo que aprende a valorar la compañía y la bondad es absolutamente creíble y convincente. Hoffman ofrece una actuación sutil, llena de matices, que evita la teatralidad y se centra en la vulnerabilidad del personaje. Dan Akroyd, por su parte, aporta una interpretación encarnada y conmovedora a Raymond, dotándolo de una dignidad y una inteligencia que desafían las expectativas típicas asociadas con el síndrome de autismo.

La película no solo es un retrato emotivo de la relación fraternal, sino también una crítica social sutil a los prejuicios y a la mirada superficial de la sociedad. La trama, aunque aparentemente simple, toca temas importantes como la soledad, la comunicación y la búsqueda de significado en la vida. El viaje de Raymond por Las Vegas, que se convierte en el núcleo de la película, no solo es una aventura emocionante sino también un proceso de aprendizaje y aceptación para ambos hermanos. “Rain Man” es, en definitiva, una película que invita a la reflexión, que desafía las convenciones y que, a pesar de su premisa inicial, se convierte en una historia sobre la superación de obstáculos y la importancia de ver el mundo desde una perspectiva diferente. Es un clásico que, a pesar de haber sido estrenada hace décadas, sigue siendo relevante y conmovedora en la actualidad.

Nota: 8.5/10