Rambo: Acorralado Parte II (1985)

“Rambo: Acorralado Parte II” no es una obra maestra, ni siquiera un respiro refrescante dentro de la saga. Es, en esencia, un ejercicio de nostalgia que explota la familiaridad con el personaje de John Rambo, pero que, paradójicamente, carece de la chispa que hizo que la primera entrega resonara tan profundamente. La película, dirigida por Sylvester Stallone, intenta emular el éxito original, y aunque logra replicar algunos elementos visuales y la atmósfera densa de la jungla, termina resultando repetitiva y, en última instancia, decepcionante.

Stallone, tanto como guionista como actor principal, ha optado por una narrativa que, aunque intentando ser esperanzadora, se siente predecible y a menudo artificial. La premisa de Rambo siendo enviado de nuevo al Vietnam para encontrar a sus compañeros desaparecidos es, en principio, intrigante. Sin embargo, la ejecución es torpe. El guion, en general, se apoya demasiado en clichés de acción militar y en un melodrama que a veces se siente forzado. La trama, aunque intenta introducir un componente de denuncia contra la guerra y el militarismo, lo hace de manera superficial, sin profundizar en las consecuencias reales de los conflictos bélicos. La tensión se construye a partir de incidentes aislados, pero la falta de una amenaza central o de un antagonista convincente resta fuerza a la narrativa.

Las actuaciones son, en su mayoría, funcionales. Stallone, como siempre, está presente con su físico imponente y su capacidad para la acción, pero su interpretación se limita a la exhibición de habilidades físicas. Paul Neuman, como el oficial que le encomienda la misión, ofrece un desempeño correcto, aunque su personaje carece de profundidad. No obstante, la actuación de Dominique Fishback como la joven vietnamita que se cruza en el camino de Rambo es notable. Su personaje aporta un matiz de humanidad y vulnerabilidad que contrasta con la dureza del protagonista y, en cierto modo, actúa como un punto de anclaje emocional en la película.

En cuanto a la dirección, Stallone demuestra una cierta habilidad para recrear la atmósfera de la jungla, utilizando una fotografía sombría y un diseño de producción detallado. La coreografía de las escenas de acción, aunque exagerada en ocasiones, es competente y ofrece momentos visualmente impactantes. Sin embargo, la película carece de una dirección creativa que le permita destacar. La acción, aunque intensa, a menudo se siente desprovista de un propósito narrativo más allá de mostrar la destreza de Rambo. La película se basa en la repetición de patrones de lucha que, en lugar de generar tensión, resultan monótonos.

En definitiva, “Rambo: Acorralado Parte II” es una entrega olvidable de la saga. Intenta capitalizar el éxito del original, pero se queda corta en todos los aspectos: guion, desarrollo de personajes y dirección. Es una película que, en lugar de ofrecer una nueva perspectiva sobre el personaje de Rambo, simplemente ofrece una copia barata de suspenso militar.

Nota: 5/10