“Rápida y Mortal” (Fast & Furious 9) es, en esencia, una explosión de adrenalina contenida en un marco que, aunque familiar, se siente un poco vacío. La película se aferra a la fórmula que ha hecho famosa la saga, priorizando la acción a las pocas luces de un argumento que, para ser honesto, no ofrece nada particularmente original. Sin embargo, para los fans del género, la entrega presenta una dosis considerable de entretenimiento, aunque con las reservas que corresponda.
La dirección de Justin Lin, a pesar de estar menos presente que en entregas anteriores, mantiene un pulso dinámico y una puesta en escena que se beneficia del espectacularidad inherente a las escenas de persecución y acción. Los planos secuencia son elaborados y, en muchos casos, sorprendentemente fluidos. La coreografía de lucha, sin embargo, se siente un tanto repetitiva y, en ocasiones, carece de la creatividad que podría haber elevado la experiencia. El ritmo es, en general, rápido, pero a veces, se siente forzado, sacrificando el desarrollo de los personajes en aras de seguir adelante con el frenético despliegue de acción.
Las actuaciones son, en su mayoría, aceptables, aunque tampoco alcanzan un nivel destacable. Vin Diesel, como siempre, se limita a ser el arquetipo del héroe indestructible, dejando poco espacio para la exploración de su personaje. Michelle Rodriguez, Jordana Brewster y Tyrese Gibson, por el contrario, muestran un mejor equilibrio entre la acción y la personalidad, ofreciendo momentos de genuina humanidad que contrarrestan, en parte, la artificialidad del resto del reparto. Aquel que realmente destaca es Jason Momoa, que interpreta a Dante Reyes, el antagonista de la película, con una energía desbordante y un carisma innegable. Su personaje, aunque caricaturesco, ofrece un desafío al protagonista y permite momentos de tensión más creíbles.
El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. La trama, que gira en torno a un duelo a muerte entre dos familias rivales, es predecible y carente de profundidad. Los diálogos son funcionales pero poco inspirados, y las motivaciones de los personajes, en su mayoría, resultan simplistas. La película aborda temas como la venganza, la lealtad y la familia, pero lo hace de una manera superficial, sin profundizar en las implicaciones emocionales o éticas de las decisiones de los personajes. El arco narrativo de Dante Reyes es quizás lo más interesante del guion, aunque su ambición desmedida a menudo se siente forzada y desprovista de una justificación sólida.
A pesar de sus fallas, “Rápida y Mortal” ofrece un espectáculo visualmente atractivo y una dosis considerable de acción que satisfará a los aficionados al género. Sin embargo, la película carece de la sustancia y la originalidad necesarias para considerarse una obra maestra. Es un entretenimiento ligero, pero, en última instancia, olvidable.
Nota: 6/10