“Rastro Oculto” (Hidden Trace) es una película que, a pesar de no ser una revolución del género thriller tecnológico, ofrece una experiencia visualmente atractiva y un misterio central que se mantiene suficientemente interesante durante su desarrollo. La premisa, aunque ya vista en otros thrillers, se ejecuta con una originalidad sorprendente al presentar la amenaza como un sitio web que, al recibir más visitantes, acelera el destino de sus víctimas. Esta mecánica, que conecta directamente la acción online con consecuencias reales, es la base de una tensión constante que, en general, se mantiene efectiva.
Dirigida por Robert Zemeckis, la película se beneficia de una estética moderna y cuidada, que utiliza la tecnología para crear un ambiente de suspense creíble. El uso de las redes sociales como herramienta para la investigación y para la construcción del thriller es especialmente bien logrado. No se cae en clichés fáciles ni en soluciones simplistas; se visualiza con claridad la intrincada forma en que el asesino controla la página web, manipulando la percepción del público y el miedo. Zemeckis, con su experiencia en captura de movimiento, consigue que las interacciones de los personajes con la tecnología sean lo más realistas posibles, evitando la sobreexplotación de efectos especiales. Sin embargo, a veces la película se permite algunos momentos ligeramente artificiosos en la representación de la tecnología, quizás por necesidad de claridad para el espectador.
Diane Lane, como la agente Jennifer Marsh, ofrece una actuación sólida y convincente. Su personaje es complejo y con un pasado que la atormenta, lo que le añade profundidad a sus acciones y decisiones. El resto del equipo, compuesto por unos cuantos actores menos conocidos, cumplen su papel sin destacar, pero contribuyen a crear una sensación de profesionalismo y urgencia dentro del departamento del FBI. La química entre Lane y el personaje que interpreta el joven agente David Strathairn, aunque no es el eje central de la trama, añade un toque de drama y tensión a la dinámica del equipo. No obstante, la película podría haber explorado más a fondo las motivaciones del asesino y el impacto emocional de sus crímenes en los personajes secundarios.
El guion, en general, es sólido y presenta un buen ritmo narrativo, manteniendo la atención del espectador a lo largo de las dos horas y media de duración. Si bien la trama principal es interesante, algunas subtramas, como las relacionadas con el pasado de Jennifer, podrían haberse desarrollado con mayor profundidad. La resolución del misterio es correcta y lógica, aunque ligeramente predecible. El mayor problema reside en la falta de una reflexión más amplia sobre las consecuencias del cibercrimen y la vulnerabilidad de la sociedad ante las nuevas tecnologías. “Rastro Oculto” se limita a contar una historia de suspense, sin profundizar en la ética o la responsabilidad que implica la creación y el uso de la internet. En definitiva, es un thriller tecnológico entretenido pero superficial.
Nota: 6.5/10