“Ratter”, la nueva propuesta del director Daniel Arías, es una película que, a pesar de su premisa inquietante y prometedora, termina por sentirse un tanto desaprovechada. La historia se centra en Emma, una joven artista que se convierte en el blanco de una obsesión digital, una entidad que la vigila constantemente, robando sus datos y, eventualmente, entrando en su realidad física. La idea, como ya he mencionado, es intrínsecamente atractiva: explorar los límites del acoso, la privacidad en la era digital y la erosión de la confianza. Sin embargo, la ejecución no alcanza la altura de la promesa inicial.
Arías logra crear una atmósfera de tensión sostenida desde el principio. La película juega sutilmente con el miedo a lo desconocido, a la pérdida de control y a la sensación constante de ser observado. La fotografía de Miguel Ángel Pérez es esencial para este efecto; utiliza colores fríos y sombras pronunciadas, y la iluminación a veces artificial, que refuerzan la sensación de incomodidad y aislamiento de la protagonista. Sin embargo, la película a veces cae en un estilo visual demasiado estilizado, a veces hasta el punto de sacrificarse la inmersión en la historia. La banda sonora, compuesta por Eduardo Martínez, es efectiva para generar suspense, pero también tiende a ser un tanto repetitiva y, en ciertos momentos, estridente.
La actuación de Valeria Trueba como Emma es la pieza central de la película. Trueba transmite con maestría la vulnerabilidad y el creciente pánico de su personaje, mostrando un profundo sentimiento de pérdida de control y desesperación. Sin embargo, el guion no siempre le da el espacio necesario para desarrollar la profundidad psicológica que merece. Aunque la trama avanza a un ritmo constante, las motivaciones del acosador, un personaje ambiguo y poco desarrollado, permanecen en gran medida oscuras y sin una explicación convincente. El personaje, interpretado por Juan Carlos Soto, se siente más como un elemento de la trama que como un antagonista con una verdadera psicología. La película podría haber beneficiado enormemente de una exploración más completa de sus razones, aunque esto quizás habría diluido el suspense. El guion, en general, es sólido en sus momentos fuertes, pero presenta inconsistencias y momentos de clímax que se sienten apresurados y menos impactantes de lo que podrían ser.
“Ratter” es, en definitiva, una película que se deja ver y que plantea interrogantes interesantes sobre la seguridad y la privacidad en el mundo actual. No es una obra maestra, pero su premisa y la actuación de Valeria Trueba la convierten en una experiencia cinematográfica que puede resultar interesante, especialmente para aquellos que buscan una película que provoque la reflexión. Sin embargo, la falta de profundidad en el desarrollo de algunos personajes y un guion que podría haber sido más pulido, limitan su potencial y la convierten en una película que, a pesar de su calidad técnica, no alcanza a ser realmente memorable.
Nota: 6/10