Ravenous (1999)

“Ravenous” (1995) es, sin duda, una de esas películas que quedan grabadas en la memoria por su peculiaridad y su inquietante atmósfera. No es un thriller de acción convencional, ni un drama romántico, sino algo más ambiguo, casi onírico, que explora los límites de la supervivencia, la moralidad y el poder del deseo. La película de Fred Scheffler es una experiencia cinematográfica visceral, que te confronta con preguntas incómodas y te deja con una sensación de inquietud persistente.

La dirección de Scheffler es notable por su uso del espacio y la luz. El entorno agreste de Sierra Nevada, con sus montañas imponentes y sus cielos amenazantes, se convierte en un personaje más, un testigo silencioso de la lenta y progresiva desintegración moral de los protagonistas. La película está construida sobre una atmósfera de tensión constante, con largos planos que observan a los personajes en sus momentos de aislamiento, creando un ambiente claustrofóbico, incluso en los espacios abiertos. La cinematografía de David Mist es exquisita, utilizando la luz y la sombra para generar un sentido de misterio y anticipación. La paleta de colores, en su mayoría tonos sepia y terrosos, refuerza esa sensación de decadencia y desolación.

La película se centra en la llegada del Capitán John Boyd, interpretado con una intensidad admirable por Thomas Hardy. Boyd, un militar endurecido por la guerra, se encuentra en un fuerte remoto y su encuentro con el misterioso y enigmático Colqhoun (Scott Wilson), quien relata la historia de un grupo de colonos atrapados en una cueva y obligados a recurrir al canibalismo para sobrevivir. La tensión aumenta paulatinamente a medida que Boyd y sus hombres, liderados por el taciturno Sargento James (Eric Roberts), investigan la historia y comienzan a cuestionar la realidad de lo que se les cuenta. La actuación de Hardy es magistral: transmite un dolor profundo y una inquietud contenida, lo que hace que cada uno de sus movimientos y miradas sean profundamente reveladores. Scott Wilson, por su parte, ofrece un retrato inquietante de un hombre atormentado por sus propias acciones.

El guion, adaptado de una novela de Chuck Palahniuk, es un punto fuerte de la película. La historia no ofrece respuestas fáciles, sino que se centra en la exploración de la ambigüedad moral. La película se niega a juzgar a sus personajes, presentando a cada uno como un reflejo de sus propios demonios internos. La trama se construye a partir de la desconfianza y el misterio, generando una sensación constante de incertidumbre sobre la veracidad de los hechos. Aunque la trama puede resultar lenta y repetitiva para algunos espectadores, esta lentitud contribuye a la creación de la atmósfera ominosa que define a la película. La historia, aunque extraña, se sostiene gracias a la inteligencia del guion y la capacidad de generar preguntas en el espectador.

En definitiva, "Ravenous" es una película desafiante que exige la atención y la reflexión del espectador. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que disfrutan de películas que juegan con la ambigüedad, la moralidad y el horror psicológico, es una experiencia cinematográfica inolvidable. La película te hace pensar en la naturaleza del hombre, sus límites y sus oscuros deseos.

Nota: 7/10