Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas (2024)

“Rebel Moon – Parte Dos: La guerrera que deja marcas” no es una película que dejará memorias imborrables, pero tampoco se descalifica como una experiencia olvidable. Zack Snyder vuelve a demostrar su maestría visual, construyendo un universo rico en detalles estéticos que, aunque a veces se vuelven un tanto abrumadores, son innegablemente impresionantes. La película se sitúa dentro de un género que claramente Snyder domina: la epopeya espacial, con grandes batallas y un ritmo pausado que concede tiempo a la construcción del drama entre personajes. Sin embargo, la ejecución de este concepto, esta vez, se siente más como una demostración de habilidades técnicas que un relato verdaderamente emocionante.

La dirección de Snyder es, como siempre, impecable en la puesta en escena. Las escenas de batalla son grandiosas y operísticas, con un uso prominente de slow motion que, a pesar de ser un recurso habitual en su filmografía, aquí parece excesivo, ralentizando el desarrollo de la tensión y desviando la atención del espectador. El diseño de producción y la banda sonora, orquestada por Bear McCreary, son elementos cruciales que contribuyen a la atmósfera épica de la película. La escala es enorme, tanto en términos de la destrucción que se muestra como en la magnitud de las trampas narrativas que se despliegan. La película intenta, con éxito, evocar a ‘Dune’ en algunos aspectos, aunque carece del misterio y la profundidad que definió a la obra de Villeneuve.

Las actuaciones son un punto fuerte, especialmente el trabajo de Sofía Boutella como la guerrera que deja marcas. Su presencia en pantalla es dominante y su interpretación es convincente, logrando transmitir la carga emocional y la determinación de su personaje. Sin embargo, el elenco secundario, aunque competente, no logra alcanzar el mismo nivel de profundidad. Algunos personajes parecen más planos y unidimensionales, perdiendo la oportunidad de desarrollar motivaciones complejas y relaciones significativas. El guion, en última instancia, es el principal defecto de la película. Aunque la premisa inicial – una rebelión contra una élite despiadada – es atractiva, la trama se complica excesivamente con subtramas irrelevantes y un desarrollo de personajes inconsistente. El ritmo lento, ya mencionado, contribuye a esta sensación de falta de dirección, haciendo que algunas escenas se sientan innecesariamente largas.

Finalmente, “Rebel Moon – Parte Dos” es una película visualmente impresionante pero narrativamente decepcionante. Snyder ha creado un universo con potencial, pero el guion no logra aprovecharlo en su totalidad. La película, en su conjunto, es un ejercicio de estilismo y espectáculo, donde la técnica supera a la sustancia. Quizás, con una revisión del guion y un desarrollo más cuidadoso de los personajes, la próxima entrega pueda alcanzar el nivel de excelencia que se le exige al director.

Nota: 6/10