Recién nacido y ya coronado (1993)

“Recién nacido y ya coronado” es una comedia familiar que, en su esencia, ofrece un entretenimiento ligero, aunque su ejecución carece de la sofisticación que la situación dramática y los personajes prometen. La película se apoya en un premisa intrigante: un niño destinado a la nobleza se encuentra sin hogar y, más adelante, se ve envuelto en una lucha por la herencia que le corresponde. Sin embargo, el guion, aunque presenta momentos de humor bien calibrados, finalmente se ve sobrepasado por una trama excesivamente compleja y, a veces, incoherente.

La dirección de Jon Stone logra, en ocasiones, crear escenas con un ambiente particular, especialmente en la secuencia inicial donde el bebé Tommy se pierde, generando una sensación palpable de inquietud. Sin embargo, el ritmo general de la película es irregular. Hay momentos de gran tensión y otros donde la comedia se siente forzada y poco natural. La película no se atreve a explorar las implicaciones de la situación de Tommy de manera profunda, optando más por una sucesión de gags y situaciones absurdas, lo que le resta un peso emocional a la historia.

Las actuaciones son un punto fuerte. Leo Gregory, como Tommy, transmite una vulnerabilidad y un carisma que atraen la empatía del espectador desde el principio. Su evolución a lo largo de la película es convincente. Daniel Mays, en el papel de un padre torpe y lleno de recursos, ofrece un retrato cómico y entrañable. Además, la interpretación de la madre, Sarah Miles, es notable, dotando a la figura de una mujer que, en su despiste, lucha por proteger a su hijo. No obstante, la actuación de la antagonista, la madre del príncipe, se siente ligeramente exagerada y carente de matices.

El guion es la debilidad principal de la película. Las subtramas, aunque entretenidas en su momento, se entrelazan de manera confusa y, en algunos casos, se sienten innecesarias. La trama familiar, con las rivalidades entre primos y las intrigas amorosas, se vuelve un poco recargada y pierde el hilo conductor. A pesar de los intentos de generar suspense, la película no logra mantener al espectador completamente enganchado. La resolución, aunque lógica, resulta un poco apresurada y simplificada.

A pesar de sus fallos, “Recién nacido y ya coronado” ofrece un entretenimiento decente para una noche de cine familiar. La película cuenta con un buen reparto y momentos cómicos que pueden resultar divertidos. No obstante, su guion complejo y la falta de profundidad emocional son sus mayores limitaciones. La película es una opción recomendable para aquellos que buscan una comedia ligera, pero no exigen una narrativa particularmente elaborada.

Nota: 6/10