Red One (2024)

“Red One” es un espectáculo visualmente impresionante que, sin embargo, se quiebra bajo el peso de su propia premisa. La película, dirigida por Sean Brenner, se presenta como una comedia de acción navideña, pero, al final, ofrece una experiencia más cercana a un videojuego de disparos con personajes bien definidos, aunque con un ritmo irregular. La premisa de secuestro de Papá Noel y la posterior necesidad de un cazarrecompensas, Chris Evans, para recuperarlo, es inherentemente predecible, pero la película intenta compensar esta falta de originalidad con una abundancia de secuencias de acción y efectos especiales, y eso, en gran medida, funciona a su favor.

Dwayne Johnson, como el Jefe de Seguridad, aporta un carisma innegable y una presencia física que anudan el espectáculo. Su personaje es un hombre de acción pragmático, con un sentido del humor ligeramente sarcástico que contrasta bien con el tono general de la película. Sin embargo, su actuación se siente, en ocasiones, como un cliché: el héroe duro pero con un corazón de oro, que se repite una y otra vez en el género de acción. Chris Evans, por su parte, está en su elemento. Le permite demostrar su habilidad para la acción y, aunque el personaje de Billy Tulip es algo unidimensional, Evans lo interpreta con la intensidad y el descaro que lo caracterizan. La química entre Johnson y Evans es interesante, incluso divertida, y se nota que disfrutan trabajando juntos.

El guion, sin embargo, es donde la película más notablemente falla. Si bien las escenas de acción son satisfactorias y a veces visualmente impactantes, la trama carece de profundidad y complejidad. Los diálogos a menudo son torpes y las motivaciones de los personajes, en ocasiones, son poco claras. La película se basa demasiado en clichés del género, con situaciones de “plot twist” que, a pesar de ser sorprendentes, no generan un impacto emocional significativo. Se intenta meter humor en varias ocasiones, pero la comedia no siempre fluye con naturalidad, resultando a veces forzada y carente de gracia. Se podría haber explorado con mayor detenimiento el trasfondo de los personajes y las razones de su conversión al crimen, lo que habría añadido una capa de interés a la historia.

A pesar de sus fallas, “Red One” es una película entretenida que, sobre todo, ofrece un buen rato en el cine. La cinematografía es atractiva, el vestuario y la ambientación navideña son impecables y las persecuciones son emocionantes. Sin embargo, la película se queda a medio camino entre la comedia de acción y el entretenimiento puro y duro, sin lograr una identidad propia definida. El uso de la tecnología de animación para visualizar el mundo del Polo Norte es lo más destacable de la producción, creando un ambiente mágico, aunque quizás un poco artificial. En definitiva, una película que se disfruta como una distracción, pero que no dejará una huella duradera en la memoria del espectador. Se nota la inversión en efectos especiales, pero no se compensa con una historia sólida.

Nota: 6/10