Red Scorpion (1988)

“Red Scorpion” es una película que, en primera instancia, parece un experimento en la búsqueda de un nuevo blockbuster de acción con toques de exotismo. Y, en cierta medida, lo es. La película, dirigida por Kim Tanaka, se ancla en la década de los 80, evocando una atmósfera palpable de Guerra Fría que se mezcla con la exuberancia de un paisaje africano. La apuesta por esta combinación, lejos de ser un error, se presenta como un elemento fundamental para diferenciarla de la saturación de producciones similares, aunque no siempre logre integrar a la perfección esos elementos dispares.

La trama, centrada en Nikolai, un agente soviético infiltrado en África para eliminar a un líder rebelde, es un cliché en apariencia. Sin embargo, la película decide apostar por un giro inesperado al presentar a Nikolai no como un villano despiadado, sino como un hombre marcado por el pasado, atormentado por sus acciones y que, progresivamente, se convierte en un héroe involuntario para aquellos con quienes se alía. Este cambio de perspectiva es, a mi juicio, el punto fuerte de la narrativa, y se logra gracias a la actuación de Jean-Claude Van Vartan, quien ofrece una interpretación carismática y convincente, capaz de transmitir tanto la frialdad y la letalidad de un agente secreto como la vulnerabilidad y la humanidad de un hombre en busca de redención. El resto del elenco cumple con decoro, aunque carece de la misma profundidad.

La dirección de Kim Tanaka es competente, y se centra en la puesta en escena visual, especialmente en las coreografías de acción que son, en general, bastante espectaculares. La película se beneficia de la cinematografía de Hiroki Kagawa, quien sabe crear ambientes visualmente ricos y vibrantes. Sin embargo, a veces, la acción se ve un poco desbordada, y la película prioriza la cantidad de explosiones y perseguciones sobre la calidad de las mismas. Además, el guion, aunque con un buen planteamiento inicial, sufre de inconsistencias en el desarrollo de algunos personajes secundarios, y la resolución final, aunque impactante, se siente un poco apresurada.

La banda sonora, compuesta por Mikiya Watano, es un elemento muy importante para el tono general de la película, acelerando el ritmo en las escenas de acción y creando una atmósfera de tensión y peligro. Sin embargo, la utilización de efectos especiales, producto de la época, resulta a veces anticuados, aunque el diseño de producción, con su atención al detalle en la recreación de la vestimenta y los objetos de la época, le otorga un cierto valor estético. La película está, en definitiva, llena de un espíritu de aventura y camaradería que, aunque no siempre alcanza la excelencia, consigue mantener la atención del espectador durante todo su desarrollo.

En conclusión, "Red Scorpion" es una película de acción entretenida que, aunque no es una obra maestra del género, ofrece un buen rato de escaramuzas, un protagonista carismático y un toque de exotismo. Es una película que se beneficia de su propio contexto y de la figura de Jean-Claude Van Vartan, que logra transmitir el peso de un pasado convulso. Nota: 7/10