“Regresión” (Regression, 2015), dirigida por el dúo Shane Carruth y Jeremy Saulnier, es una experiencia cinematográfica que deja una huella persistente, aunque no siempre agradable. La película se adentra en un territorio oscuro y perturbador, explorando las profundidades del trauma, la memoria y las consecuencias de los actos pasados. No es una película fácil de ver, ni mucho menos un espectáculo, sino un viaje incómodo a través de la mente fragmentada de un hombre atormentado.
Ethan Hawke, como el detective Bruce Kenner, ofrece una actuación excepcionalmente contenida y matizada. Su personaje se presenta como un hombre ordinario, un detective metódico enfrentado a un caso extraordinario que le va erosionando poco a poco. Hawke consigue transmitir la desesperación y la confusión de Kenner a medida que se involucra en la investigación y, más importante aún, en la mente de John Gray. La actuación de David Thewlis como el Dr. Raines es igualmente convincente; retrata un especialista en memoria con una metodología poco ortodoxa y una creciente inquietud ante los métodos utilizados. La dinámica entre Kenner y Raines es el núcleo emocional de la película, un debate constante sobre la ética de forzar el recuerdo.
La dirección de Carruth y Saulnier es notable por su meticulosidad y su estilo visual distintivo. La película se apoya en secuencias de flashback, ralentizadas y oníricas, que no solo sirven para revelar eventos traumáticos, sino que también crean una atmósfera opresiva y surrealista. La banda sonora, perturbadora y minimalista, amplifica aún más el impacto emocional de las imágenes. La cinematografía, con sus ángulos de cámara inusuales y su iluminación sombría, contribuye a la sensación de desorientación y amenaza constante. Sin embargo, la insistencia en estas técnicas, en ocasiones, puede resultar excesiva, ralentizando el ritmo de la narrativa y disminuyendo el impacto de ciertos momentos.
El guion, coescrito por Carruth y Saulnier, es complejo y exige una atención constante por parte del espectador. La trama se centra en la investigación del crimen, pero se extiende rápidamente a una exploración de las técnicas de hipnosis y la capacidad de la mente humana para suprimir y distorsionar la realidad. La película plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del trauma, la responsabilidad moral y los límites de la intervención médica. La ambigüedad moral, especialmente en relación con los métodos utilizados por Raines, genera un debate ético constante que, aunque interesante, puede resultar frustrante para algunos espectadores que buscan respuestas claras. La película, en última instancia, no ofrece soluciones fáciles, dejando al público con la tarea de interpretar los eventos y sacar sus propias conclusiones.
A pesar de sus algunas fallas en el ritmo y la complejidad argumental, “Regresión” es una película poderosa y provocadora. La actuación de Hawke, la dirección cuidadosa y la atmósfera opresiva lo convierten en una experiencia cinematográfica memorable, aunque no para todos los gustos. Es una película que se queda contigo, te induce a reflexionar sobre los misterios de la mente humana y las consecuencias de los actos que intentamos olvidar.
Nota: 7/10