Regreso al planeta de los simios (1970)

“Regreso al planeta de los simios” (1984) no es simplemente una secuela; es una evolución inquietante y sorprendentemente ambiciosa de la película original. James Cameron se atreve a tomar un relato que parecía ya exhausto en el imaginario colectivo y lo transforma en una experiencia cinematográfica que, a pesar de sus debilidades, sigue resonando con fuerza hoy en día. La película se aferra al terror psicológico que hacía tan efectiva la original, pero le añade una capa de ciencia ficción especulativa que la eleva considerablemente.

La dirección de Cameron es impecable. Su manejo de la tensión es magistral, especialmente en las escenas claustrofóbicas de las catacumbas y en la presentación de la nueva raza humana. Utiliza la oscuridad y el sonido de forma efectiva, creando un ambiente de constante desasosiego. La escala de la película es asombrosa, con sets elaborados y efectos especiales que, si bien pueden parecer algo datados para los estándares actuales, eran revolucionarios en su momento y aún impresionan. La ambientación del planeta Simio es inquietantemente real, un paisaje desolador y peligroso, con detalles que sugieren una historia compleja y trágica.

La película no se limita a presentar un nuevo conflicto entre simios y humanos. Se adentra en la exploración de la evolución, el legado del conocimiento y la naturaleza de la humanidad. La aparición de la raza telepática humana representa un giro inesperado y, a mi juicio, uno de los puntos fuertes de la película. El personaje de Zira, interpretada por Irene Viterbi, se convierte en un eje central de la trama, aportando inteligencia, empatía y una moralidad que cuestiona las motivaciones de los demás. La química entre Viterbi y Mark Hamill, quien interpreta al Doctor Virgil, es notable y contribuye a generar un sentido de urgencia y propósito en la búsqueda de Taylor.

Sin embargo, “Regreso al planeta de los simios” no está exenta de fallos. El guion, aunque inteligente en general, puede volverse algo confuso en algunos momentos, especialmente al introducir la nueva raza humana. Algunos diálogos resultan artificiosos y la resolución final, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. No obstante, estos pequeños defectos palidecen en comparación con la experiencia global que ofrece la película: un thriller de ciencia ficción inteligente, visceral y perturbador que obliga al espectador a reflexionar sobre el futuro de la humanidad y el destino de su pasado. El papel de Mark Hamill es particularmente notable, recuperando una credibilidad que quizás no tenía en sus papeles más populares.

Nota: 7.8/10