Reine Geschmacksache (2007)

“Reine Geschmacksache” (Dama de Gusto) es una comedia negra alemana que, a primera vista, podría parecer un ejercicio de melodrama familiar exagerado. Sin embargo, tras una primera ola de incredulidad ante el torbellino de desgracias que azotan a Wolfgang Zenker, el personaje interpretado con maestría por Lars Dittmann, la película revela una complejidad emocional y un humor negro que la elevan por encima de la simple caricatura.

La dirección de Daniel Heidelmayr es precisa y consciente de la atmósfera opresiva que se genera. Utiliza la luz y el color para intensificar la sensación de desesperación de Zenker, y la cámara a menudo se adentra en los recovecos de su alma, capturando la angustia silenciosa que lo consume. El ritmo, inicialmente pausado y contemplativo, se acelera progresivamente a medida que las circunstancias se vuelven más extremas, culminando en un clímax explosivo que, si bien es abrupto, es tremendamente satisfactorio. Se intuye una meticulosa planificación en la construcción de la historia, donde cada episodio de mala suerte parece un ladrillo en la construcción del caos que rodea al protagonista.

La actuación de Lars Dittmann es el corazón palpitante de la película. Logra un equilibrio perfecto entre el personaje de hombre frustrado, a punto de rendirse, y el hombre que, al final, se ve arrastrado a una dinámica de violencia y deseo. La interpretación de su conflicto interno es palpable, transmitiendo con sutileza la tristeza y el resentimiento que lo empujan a actuar de forma tan impulsiva. El resto del reparto, incluyendo a la pareja de actores que interpretan a su mujer y a su hijo, también ofrece interpretaciones sólidas y convincentes. La dinámica familiar, lejos de ser idealizada, se presenta como un terreno fértil para la tensión y el conflicto.

El guion, escrito por el propio Heidelmayr y Jan van Hees, es lo que realmente sostiene a la película. Si bien la premisa inicial - un vendedor ambulante en crisis - podría parecer poco prometedora, la historia evoluciona de forma inesperada, introduciendo giros argumentales sorprendentes y personajes secundarios memorables. La exploración de temas como la paternidad, el deseo, la ambición y la pérdida, se realiza con un toque de irrealismo y humor negro que resulta efectivo. La película no teme desafiar las convenciones del género, ni siquiera al explorar la homosexualidad del hijo de Zenker, un elemento que, lejos de resultar gratuito, se integra de forma orgánica en la trama y contribuye a la complejidad del personaje.

En definitiva, “Reine Geschmacksache” es una comedia negra inteligente, entretenida y provocadora que explora los límites de la familia y la moralidad. No es una película fácil de ver, pero su capacidad para sorprender, conmover y hacer reír, la convierte en una experiencia cinematográfica valiosa. Es un retrato honesto y a veces brutal de las contradicciones del ser humano.

Nota: 8/10