Renaissance: A Film by Beyoncé (2023)

“Renaissance: A Film by Beyoncé” no es simplemente un documental sobre un tour, sino una visceral experiencia sensorial que captura la esencia de una de las actuaciones más transformadoras de la historia del pop. Más allá de la narración cronológica del “Renaissance World Tour”, la película se sumerge profundamente en la mente creativa de Beyoncé, revelando la meticulosa planificación y la pasión que impulsaron cada detalle, desde el diseño de vestuario hasta la elección de las canciones. La película evita la mera repetición de momentos del concierto y, en su lugar, se enfoca en el proceso creativo, mostrando a Beyoncé como directora artística, curadora de sonidos y, fundamentalmente, como una artista incesante en su búsqueda de la excelencia.

La dirección de Lina Thomas es magistral en su enfoque en la atmósfera. No se trata de un concierto grabado desde una perspectiva convencional; se siente como si el espectador se sumerge directamente en el setlist de Beyoncé, experimentando la energía y la euforia de la multitud. Las transiciones entre escenas son fluidas, y la banda sonora original, compuesta por Beyoncé y su equipo de producción, se integra a la perfección con las imágenes, creando un ambiente hipnótico que te atrapa desde el principio. Las decisiones de edición, que priorizan las perspectivas de los bailarines y el público, contribuyen a la sensación de inmersión, permitiéndonos comprender la importancia de estos elementos en la experiencia global del tour.

La película brilla especialmente al explorar la conexión entre Beyoncé y su equipo. La dedicación que pone en cada aspecto de la producción, desde la coreografía hasta la iluminación, es palpable. Vemos a diseñadores trabajando incansablemente en los vestuarios, ingenieros de sonido optimizando la calidad del audio y a bailarines puliendo cada movimiento. Más allá de las escenas de backstage, la película explora las motivaciones de Beyoncé, su deseo de empoderamiento a través de la música y su ambición de dejar un legado duradero. La vulnerabilidad con la que se abre sobre sus inquietudes creativas y el proceso de superación de obstáculos añade una capa de autenticidad que conecta profundamente con el espectador.

En cuanto a las actuaciones, aunque el enfoque principal es en Beyoncé, la película también da espacio a los bailarines, visualizando el increíble trabajo que realizan. Sin embargo, la presencia de Beyoncé en pantalla es constante y, a menudo, de manera muy personal, mostrando su compromiso y su pasión palpable. La película no intenta competir con el concierto en sí, sino que amplifica el mensaje central: la importancia de la libertad, la autoexpresión y el poder de la música para unir a las personas. El guion es, en esencia, una extensión de esa declaración. Se centra menos en relatar los eventos y más en transmitir la sensación de un viaje extraordinario impulsado por la pasión y la visión de una artista incomparable.

Nota: 9/10