Reposeída (1990)

“Reposeída” no es una película para tomarse en serio, y vaya que lo hace con una gracia torcida y una voluntad decidida de abrazar el horror clásico con una sonrisa. Tras un inicio algo lento, la comedia paródica de “El Exorcista” de William Friedkin se desata con fuerza, ofreciendo una experiencia visual y auditiva que, aunque no alcanza la perfección, cumple su objetivo de divertir y provocar algunas carcajadas genuinas.

La dirección de Ryan Finch y Chris Columbus es segura y pragmática. No buscan efectos especiales deslumbrantes, sino que se enfocan en lo esencial: el ambiente opresivo de la casa familiar, el deterioro gradual de la protagonista, Nancy (interpretada con una vulnerabilidad creíble por Milani Carter), y, sobre todo, el absurdo palpable del conflicto. El uso de la luz, con la sombra omnipresente y los colores apagados, contribuye a crear una atmósfera inquietante y claustrofóbica, un rasgo que recuerda fuertemente a la obra original. La dirección se mantiene constante, evitando sorpresas innecesarias y centrando la atención en lo que realmente importa: el terror cómico, y no en la complejidad narrativa.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Milani Carter es particularmente destacable, transmitiendo la angustia y el miedo de Nancy con una honestidad que hace que el público se involucre en su situación. La química entre Carter y el resto del elenco, especialmente la de su marido interpretado por Tyler Welch, es palpable y añade un elemento de realismo a la situación, incluso en lo más absurdo de la trama. El Padre Mayii (John Henry Cronin) y el Padre Brophy (Daniel Martin) ofrecen interpretaciones exageradas y cómicas, convirtiéndose en personajes entrañables, a pesar de sus acciones, por supuesto. Su empeño en exorcizar a Nancy se convierte en una comedia de enredos y situaciones embarazosas, y el juego de improvisación entre los actores es uno de los mayores atractivos de la película.

El guion, escrito por Finch y Columbus, es una adaptación ingeniosa y respetuosa del clásico de 1973. No se limita a copiar la trama, sino que la reinventa con una mirada satírica y un toque irreverente. Se ríe de los clichés del género, de las convenciones del exorcismo, y de la propia dinámica familiar. Sin embargo, en ocasiones, el guion se vuelve un poco extenso y algunos diálogos son predecibles. La película se beneficia de una duración moderada, evitando que la parodia se diluya en detalles innecesarios. La banda sonora, en particular, juega un papel crucial, acentuando la sensación de horror y locura con melodías inquietantes y sonidos perturbadores. Un ejemplo memorable es la canción que el demonio intenta usar para comunicarse con Nancy - un acto de subversión musical que merece una mención aparte.

En definitiva, “Reposeída” es una parodia eficaz y entretenida, que honra a “El Exorcista” sin buscar superarla. Es una película que sabe reírse de sí misma y que ofrece una experiencia de ver una comedia de terror bastante original. Aunque no alcanza la grandeza de su modelo original, es una película que vale la pena ver si buscas una dosis de humor negro y una reflexión sobre los límites del horror.

Nota: 7/10