Rescate (1996)

“Rescate” (Rescue) es un thriller de secuestro que, aunque se nutre de la familiaridad de su predecesor de 1956, "Rapto", logra construir una experiencia cinematográfica notablemente tensa y moralmente ambigua. La película nos presenta a Tom Mullen, interpretado con una solidez admirable por Benjamin Bratt, un hombre de negocios exitoso y aparentemente normal cuya vida se fragmenta cuando su hijo es secuestrado. La premisa, vista a primera vista, es un cliché del género, pero el director, Luis Mandoki, y el guion, adaptado de un relato de Michael Konetsky, elevan la historia más allá de la mera fórmula.

La dirección de Mandoki se caracteriza por un ritmo deliberado, que permite que la tensión se acumule gradualmente. No se apresura a las explosiones o a los momentos de acción, prefiriendo centrarse en la psicología de los personajes y en el creciente dilema moral de Tom. La película evita los momentos de sentimentalismo fácil, optando por un tratamiento realista de las reacciones del protagonista ante la amenaza y la incertidumbre. La fotografía es oscura y sólemne, reforzando la atmósfera opresiva que envuelve la historia. La banda sonora, discreta pero efectiva, contribuye significativamente a la sensación de peligro inminente.

La actuación de Benjamin Bratt es crucial para el éxito de la película. Trasciende la simple representación de un hombre aterrorizado y consigue transmitir la desesperación, el miedo y, sobre todo, la determinación de un padre dispuesto a todo por salvar a su hijo. El reparto complementario, con una notable interpretación de Charlotte Sullivan como la esposa de Tom, aporta profundidad y realismo a la dinámica familiar. No obstante, la caracterización de algunos secundarios, particularmente aquellos involucrados en la negociación con los secuestradores, podrían haber sido más desarrolladas para generar un mayor impacto.

El guion, si bien se beneficia de la estructura básica de “Rapto”, aporta elementos nuevos que enriquecen la narrativa. La película explora las consecuencias de las decisiones impulsivas y la ambigüedad de los métodos utilizados para lograr un fin. La tensión no reside únicamente en el peligro inmediato, sino también en las implicaciones éticas de las acciones de Tom. La película plantea preguntas incómodas sobre la moralidad, el sacrificio y los límites de la protección paterna. No es una película fácil, y ofrece un final que, aunque satisfactorio en términos narrativos, invita a la reflexión y al debate. La decisión de Tom de recurrir a tácticas cada vez más extremas, desafiando las leyes y la autoridad, es la pieza central de la narrativa y, a pesar de que pueda resultar controversial, se presenta con una justificación convincente basada en su amor paternal.

En definitiva, “Rescate” es una película de secuestro inteligente y bien construida, que se aleja del melodrama habitual del género y ofrece una perspectiva fresca y moralmente compleja. Es un thriller que se queda grabado en la mente y que invita a considerar las implicaciones de nuestras propias acciones.

Nota: 7.5/10